1. Amalia y un camionero


    Fecha: 12/09/2017, Categorías: Infidelidad Autor: murgis, Fuente: CuentoRelatos

    dormitorio que hay detrás, este es espacioso y está pensado para dos personas. Al contemplar el pequeño dormitorio se estremeció pensando en los dos follando, tenía que serenarse y pensar en otra cosa, se volvió hacia él y vio como intentaba esconder una revista de esas de tías desnudas posando de forma “erótica”, cuando él notó que ella se había dado cuenta se ruborizó. No te preocupes, no me asusta, entiendo perfectamente que un hombre que pasa tanto tiempo solo tiene necesidades… No quería que pensases que era un salido… Te diría que en este caso la salida soy yo no te parece. Se dio cuenta en el acto de que había expresado sus pensamientos en alto, se puso colorada como un tomate y se agarró las manos, mientras él se reía y le decía: No creo que una mujer tan guapa, no tenga a nadie que cubra sus necesidades… Sin poder contenerse le contó su triste vida sexual… Tu marido es un gilipollas, en lo único que estoy pensando desde hace un rato es en poner mis manos sobre tu cuerpo, llenarte de caricias, probar esos pezones tan ricos que se te marcan y follarte toda la noche… Ella se lo quedó mirando, sus ojos estaban totalmente dilatados y la miraban de una forma muy pasional. Si piensas eso, hazlo, porque yo tampoco pienso en otra cosa… Se inclinó sobre ella, la beso de una forma posesiva, ella respondió al beso, entrelazaban las lenguas, se saboreaban el uno al otro, él empezó acariciarle la espalda, los muslos, le ayudo a quitarse el maillot, sólo llevaba un sujetador ...
     deportivo, le beso el cuello, bajó hacia sus pezones, los lamió y chupó por encima del sujetador, ella no paraba de gemir, le acariciaba su espalda, su cabeza, se desprendió del sujetador, el contacto directo de la boca en sus pechos la hacía estremecerse de placer, hasta ahora no había sentido nunca ese placer en sus pechos, hábilmente él pasaba sus manos por el culotte de ciclista, estaba tan mojada que sus fluidos habían traspasado más allá de las braguitas, ella empezó a quitarle la camiseta, tenía la necesidad de sentir su piel, le acariciaba su pecho lleno de pelo, le encantó enredar sus dedos en el pelo y ver como él también se estremecía. Le quitó el culotte y pasó su mano por debajo de las braguitas, ella le acariciaba su polla por encima del pantalón vaquero, la sintió dura y grande, su boca se hizo agua solo de pensar en cómo sería, él termino de quitarle las braguitas; ahora sus dedos acariciaban el clítoris mientras con la boca le devoraba los pechos, la inclino sobre el asiento, metió su cabeza entre sus piernas y comenzó a lamerle el coño, ella gemía de placer, sus manos se aferraban a la cabeza de él, le agarraban del pelo, él levanto su mirada y la poso sobre la de ella, veía la cara de deseo en ella, y como le urgía a continuar, le dio un suave mordisco en el clítoris, con la lengua se la metía dentro del coño como si fuera una pequeña polla, estaba fuera de sí, tan excitada que de su coño no paraban de manar fluidos que él se encargaba de absorber, agarró ...
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