Mi suegro me hizo su esclava (IV)
Fecha: 06/01/2018,
Categorías:
Dominación
Incesto
Autor: noeliamarrana, Fuente: CuentoRelatos
... las rodillas y las manos en el piso, comiendo como perra; él estaba detrás de mí y de repente dijo: “¡ay puta, en esa posición me pones muy caliente y más con ese pinche bikini con el que me provocas; se te ve todo, se ve que quieres verga! ¿Verdad puta?” y mientras hablaba se había hincado detrás de mí, no me di cuenta a qué hora se quitó el pantalón y la trusa, pero de repente sentí como me tomaba de las caderas y haciendo a un lado el pequeño hilo del bikini intentaba penetrarme por vía vaginal. En un momento pensé en resistirme, pero recordé todo lo pasado y sus amenazas y apretando los dientes y los puños, pasé saliva y lo dejé hacer lo que quisiera. Él no esperó nada, sin ningún calentamiento previo empezó a meter su tremendo pene en mi conchita seca, provocándome un gran dolor, pero cerré los ojos, me quedé inmóvil y me mordí los labios para no gritar; mi suegro me penetró hasta el fondo y empezó el mete-saca salvaje, impulsándose con sus manos en mis caderas y diciendo: “¡aaaahhhh siiii puta, de verdad estás ricaaaa, aaaahhh, como me encanta cogerte mamacita, lo haces mejor que las perras de mi mujer y de mi hija!”. Aunque estaba tratando de soportar el tremendo dolor que me causaba, no pude dejar de pensar en que de nuevo mencionaba a Valeria y entonces pensé que mis sospechas eran ciertas: mi suegro algo hacía con su hija; me dio asco solo de pensarlo, pero en ese momento solo podía soportar el nuevo abuso de mi suegro hacia mí. Él me dijo: “¡hey puta, muévete; ...
... parece que lo estoy haciendo con una piedra, anda mueve estas putas nalgas que me hacen gozar tanto!” y me dio una nalgada en la nalga derecha. Empecé a moverme más por evitar un castigo que por convicción y esperando que mi suegro terminara pronto con la violación. Pero como otras veces, él parecía no tener ninguna prisa por terminar, pues aunque empezó con mucha fuerza metiendo y sacando su pene con rapidez, de repente empezó a hacerlo con un ritmo semi-lento; como disfrutando humillarme por más tiempo. Mientras me cogía me ordenó: “¡sigue comiendo puta, quiero sentir como me cojo a una perra!”; sin más remedio, obedecí y comí como animal del piso, aguantando el dolor y la humillación. Después de un buen rato de estarme cogiendo por la vagina, mi suegro sacó su miembro y se acomodó para penetrarme por el culo, pero lo hizo tan rápido y de manera tan salvaje, sin darme tiempo de prepararme ni nada, que cuando metió con fuerza su tremendo garrote en mi ano sin lubricación, que aún con el bocado que tenía en la boca, no pude contener el grito de dolor que me causó: “¡Aaaagggghhh!”, a lo que él me dijo: “me encanta cuando haces eso, como finges que te duele cuando la realidad es que te encanta que te la meta con fuerza y hasta el fondo” y entonces empezó a entrar y salir de mi culo sin piedad, con fuerza desmedida, sin importarle que yo hubiera escupido el bocado y que gritara desesperada por el tremendo dolor que me causaba: “¡Aaaaiiiiiggghhh, nooo, aaaayyyy por favooorrr, me ...