Con la chica del aseo
Fecha: 05/01/2018,
Categorías:
Tabú
Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster
... contemplando su bello trasero; aunque sin perderme detalle alguno de sus expresiones gracias, de nuevo, al espejo que quedaba delante nuestro.María mostró una clase de coquetería tan especial que me excitó llevándome a pasar mi brazo bajo su abdomen y así me aferré bien fuerte a ella. Empotrado como estaba, los movimientos eran limitados pero yo me sentía dichoso sólo de estar bien adentro de ella. Su reacción fue proferir algunos quejidos acompañados de la expresión:“Ay nanita”.Tras lo anterior la volteé para que quedara patitas al hombro. Así la seguí penetrando por un buen rato. Yo estaba lejos del clímax, no obstante tuvimos que parar cuando escuchamos la voz de mi cuñada. Había pasado a la casa a recoger unas cosas que mi mujer le había dejado.Ni siquiera nos habíamos dado cuenta que ella ya andaba en la casa mientras nosotros estábamos duro y dale con el mete y saque, pues, en ese momento, aquel cuartito era todo nuestro mundo.Mi cuñada, como cuenta con llave propia, había entrado a la casa y tras recoger por lo que había venido se despidió con un gritó pensando que yo estaba en la planta alta.Tuve que vestirme para cerciorarme que la inoportuna se había ido. Luego de eso continuamos con nuestra faena que tanto nos atareaba. Mientras la seguía horadando le pedí a María que ese fin no se fuera. Le ofrecí hospedarla en un hotel y así pasar el fin de semana cohabitando fuera de casa.Sin embargo, se negó rotundamente. Me dijo que se tenía que ir pues iba a ver a su ...
... hija a su pueblo. Como trabaja con nosotros en la capital casi toda la semana, María sólo la puede ver una vez en ese corto tiempo.Fue así que tomé consciencia de que María es una mujer responsable. No hay duda, es una excelente madre que en vez de estar junto a su niña se mata trabajando con tal de ganar lo necesario para su sustento y educación.Al saber que estaba frente a una madre que sacrificaba el tiempo junto a su niña para estar conmigo, me conmovió su actitud. Decidí darle una mejor gratificación cuando concluyéramos nuestra cópula. Ahora sabía que esos ingresos extra, bien ganados es justo decir, tendrían un fin más que noble. Además, ayuntar a una madre soltera, a una mujer plena, me había dejado más que satisfecho y sí que se lo había ganado.Estuvimos abrazados por un largo tiempo, aún después de la consumación de nuestro acto. Después de sacarle mi pene, ya flácido al haber perdido su firmeza, retiré el condón y me limpié.Mientras nos vestíamos se me ocurrió decirle:—Si un día consideras que a tu niña le hace falta un hermanito, pues... yo con gusto te ayudo a concebirlo —no sé de dónde me salió decirle eso pero sentí que se lo decía en serio.Ella sonrío.—Sí, para que no se quede solita mi hija y tenga con quien jugar, ¿no? —me dijo, como si no le sorprendiera mi comentario.En ese momento pensé que seguramente no era la primera vez que le hacían una oferta así.—Pues sí—le dije.—¿Y te harías tú responsable de él?Quedé callado por un par de segundos, pero luego ...