Loca por un negro
Fecha: 31/12/2017,
Categorías:
Sexo Interracial
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... cuenta pronto que los caballeros se quedaron afuera. Logro escabullirme y les pido me permitan desvestirme en el baño. Me desnudo. Me veo en el espejo,...mi conjunto de lencería se ve de lo más coqueto. Otra miradita, y ya estoy lista. Salgo del baño y casi me muero de la impresión. - Dos negros gigantescos tirados cuan largo son sobre la cama. - Dos picos negros enormes, monstruosamente parados. Les juro que ahí se me aconcharon los pipís. Quise escapar pero uno de ellos saltó de la cama y me sostuvo por un brazo. De un tirón que me dieron, adiós lencería. Mi pensada entrada triunfal no tuvo ningún éxito. En segundos, me tenían en pelotas tirada en la cama sobre mi espalda, urgueteándome toda. Uno de ellos metió su largo dedo hasta el fondo en mi cosita. Lo movía con maestría. El otro me estampó un beso con lengua y con sus manos amasaba mis senos. No hubo preámbulo. Tres meses en el mar y yo iba a pagar el pato. Se arrodillaron a la altura de mi cabeza y pusieron sus largas y gruesas pingas en mi cara. Querían que las chupara. Les juro que para tomar una tuve que usar las dos manos. Las dos eran tremendas. No dejaban de correrme mano. Abrí la boca al máximo y solo me entró la cabeza. Cada una de éstas vergas eran tres veces más grande que la de mi marido. ¡Les juro que no miento! Los negros estaban re'calientes. Mi chocho estaba re'contra mojado. Mi temperatura llegaba a mil. De pronto sentí que dos grandes manos me toman por las nalgas y me levantan. Entre mis piernas ...
... entreabiertas siento que me viene el primer ataque. Sujeto el pico con las dos manos y lo acomodo a la entrada de mi abertura. Siento la primera estocada, y aunque me abro mucho de piernas solo entra el glande. ¡Dios mío!, pienso,...éstos brutos me van a partir. Lo sujeto con mis manos con fuerza, intentando negar la entrada. El negro empuja. ¡Espera, espera!, le digo. Afortunadamente me hace caso. Le pido que se recueste sobre su espalda. Ahí me percato del tremendo bruto que voy a introducirme. Me monto a horcajadas sobre un asta de unos treinta centímetros, tanto o más gruesa que mi brazo, y empiezo a sentir como de a poquito se va deslizando e ingresando hasta mi vientre. Mi chorito, igual que un cinturón apretaba al bruto. Ya tenía medio pico adentro. El negro tuvo paciencia. Esperó a que yo sola bajara y de ahí en adelante empezó a moverse, muy suavemente al principio. Me preguntó si dolía. Le dije que no, que solo ardía un poquito. Dicho esto dio un salto brusco y sentí como la verga entraba casi toda. No grité porque creo ser valiente, un ardor intenso dentro de mis entrañas me llegó de golpe. Sentí que me desgarraban por dentro. Unas movidas más y el inmenso pico acabó, soltó lo que había acumulado en tres meses de celibato. Eso me alivió, también acabé. A pesar del ardor, acabé como los dioses. Fue un orgasmo soñado, sentí que algo tocó en mi interior por primera vez y me sentí en el cielo. El otro negro, que se había mantenido al margen mientras su amigo preparaba el ...