Deosamo: Mala Jornada
Fecha: 31/12/2017,
Categorías:
Control mental,
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... uniforme, quedándose vestida con una tanga y calcetines, no vio la necesidad de quitárselos ya que el calor disminuyó bruscamente cuando retiró su última bota. Lo que sentía ahora era absoluto deleite, como si hubiera recibido el mayor orgasmo de todos sin correrse. O matado a alguien. Ambas sensaciones eran de lo mejor que la vida podía ofrecerle. Se quedó unos minutos con la vista fija en la pared que tenía delante de ella, sin pensar en nada más que en lo bien que se sentía en esa posición. La expresión de gozo que tenía en su rostro revelaba eso. Estaba en un estado de serenidad complaciente. Sentada. En el medio del pasillo. Semidesnuda. Con los senos al aire. Y sus pezones erectos. La realidad la golpeó en la cara con la fuerza de un ladrillo. Se miró así misma, llevó sus manos a la cabeza y gritó. -¿¡En que diablos estoy pensando!? -¿¡Quien está ahí!? -Oyó gritar desde la vivienda del vecino, el viejo Frankie. Un octogenario con signos de ceguera que vivía solo y se movía en sillas de rueda eléctrico. Lo único que Rebecca sabia de él es que era un ex-militar, seguramente de alto rango, se lo dijo cuando en una ocasión lo encontró apuntándole al pizzero con una Beretta 92, creyendo que era un ladrón, después de que esté confundiera su dirección con la de ella. Ella lo denunció por eso, pero no sabía si aún tenía el arma. -Mierda… - dijo en voz baja. Si se la encontraba así, recostada y semidesnuda en el pasillo, con la ropa desparramada sobre el piso y los senos al ...
... aire, estaba segura de que iba a llamar a la policía. No lo culparía si pensaba que era la víctima de una violación, porque eso es lo que aparentaba ahora. -Eso, o una yonqui drogándose con LSD -murmuro, mientras tomaba su uniforme del suelo y su bolso. Esperaba que él hubiera estado dormido a esa hora, como todo buen anciano, eso lo retrasaría más. Caminó con prisa hasta su puerta, pero tan enfocada estaba por entrar que olvido que tenía llave. ¡Carajo!, pensó. No recordaba en que bolsillo estaban sus llaves, si en los bolsillos de su camisola o pantalón. En la vivienda frente a la suya, podía oír al viejo gruñendo y moviéndose, ya estaba en marcha. Metió sus manos en los bolsillos de sus pantalones, los inspeccionó por completo y rápidamente, mientras su contenido caía al piso.No están, mierda. El viejo había gritado algo en el tiempo que ella buscaba y ahora lo oía más cerca. Dejó los pantalones en el suelo y se puso a revisar los bolsillos de la camisola. Rebecca tenía suerte de que las otras dos residencias contiguas estuvieran vacías, en ese piso soló vivían ella y el viejo. Y tuvo incluso más suerte, porque encontró sus llaves en el bolsillo izquierdo. -Si… -La expresión de su rostro era de triunfo. Levanto sus cosas del suelo y se propuso a poner las llaves en la cerradura. -Estoy armado. -La expresión de triunfo se transformó en una de pavor, ella sabía que estaba detrás de la puerta, retirando los pestillos de la misma para salir con ansias a hacer uso de la Segunda ...