Un día de éstos te voy a coger - Amo
Fecha: 31/12/2017,
Categorías:
Sexo con Maduras
Primera Vez
Tabú
Autor: jorgenicara, Fuente: xHamster
Dos años la había costado a Luis aprobar aquella maltita asignatura, y cuando vio el aprobado en el tablón de la facultad, saltó de alegría. Los compañeros le felicitaron y quedaron para irse a tomar unas cervezas.Luis llamó a Rosa, su madre, y se lo contó. Rosa casi llora de alegría. Sabía lo que había sufrido Luis con aquella asignatura. Le dijo que en cuanto llegara a casa le daría un fuerte abrazo.-Mamá, voy con los compis a tomar unas birras para celebrarlo.-Disfruta, mi amor. Al fin tendrás un verano tranquilo-Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.Colgó y se fue a divertir con los amigotes.Después de un par de cervezas, decidió volver a casa. Sentía la necesidad de compartir su alegría con su madre, que tanto lo apoyó en las incontables tardes de estudio. Así que se despidió de su gente y se marchó a casa.Cuando llegó, no encontró a su madre en el salón. Fue a la cocina y tampoco estaba allí. Oyó un ruido en las habitaciones, y hacia esa dirección se encaminó.El ruido provenía de la habitación de sus padres. La puerta estaba entornada. Se acercó, cauteloso, e identificó el ruido. Eran gemidos, suaves gemidos, de su madre. Su mente empezó a trabajar como loca. Se imaginó que sería, y estuvo a punto de darse la vuelta, pero la curiosidad pudo más.Con cuidado apoyó la mano en la puerta y la abrió sin hacer ruido. Lo que vio jamás lo olvidaría.Su madre, acostada sobre la cama, con la bata abierta. Las piernas, también abiertas, las bragas colgando de uno de los tobillos. Una mano ...
... frotando los labios de su coño, que brillaba lleno de jugos. La otra mano, pellizcando uno de sus pezones, que coronaba una enorme teta.Miró su cara, rota por el placer. Los ojos fuertemente cerrados. El labio inferior mordido, la espalda subiendo y bajando al ritmo de los espasmos que recorrían su cuerpo.Rosa, ajena a todo, sentía como el orgasmo nacía en el interior de su ser y se abría paso, para estallar por todo su cuerpo. Su espalda se arqueó. Todos sus músculos se tensaron y por unos segundos el universo no existía. Sólo ella y el placer.Luis miraba como hipnotizado a su madre, corriéndose delante de él. Vio como de su coño salían grandes cantidades de flujo, mojando aún más los dedos que frotaban y frotaban. En el culmen del placer, Rosa no respiraba. Tampoco Luis, cuyos ojos iban de la cara de su madre a su coño.Un coño negro, velludo. Un coño que no conocía de depilaciones, ingles brasileñas ni moderneces. Un coño a la antigua, de esos que para comértelos tienes que abrirlo con los dedos, apartar el pelo antes de descubrir su sonrosado interior. De esos de aroma intenso, embriagador.Rosa volvió a respirar. Su cuerpo se relajó, aunque sufrió un par de espasmos más. Su cara, antes crispara, era ahora todo paz. Una leve sonrisa se dibujaba en sus labios. Sus ojos, ahora suavemente cerrados.Hasta que los abrió para descubrir a su hijo mirándola desde la puerta de su habitación. Por unos instantes creyó que soñaba. Se quedó quieta, hasta que se dio cuenta de que como estaba. ...