El mejor apoyo que pude encontrar
Fecha: 26/12/2017,
Categorías:
Sexo con Maduras
Hetero
Autor: Afroditha33, Fuente: CuentoRelatos
... al parecer una característica familiar, en un momento tomo mi nuca e inclino mi cuerpo sobre el sofá, sentí la punta de su pene rozar la entrada de mi cueva húmeda y hambrienta y al instante lo tenía completamente dentro, o eso creía yo... - Estas lista? - Lista para qué? - Supongo que sí, ahí te va toda pequeña zorrita! Así era solo había introducido la mitad, de pronto tenía toda esa enorme verga llenado mi interior que ardía, que se adaptó rápidamente, él sabía perfectamente lo que hacía, cuando lo confirmo comenzó con un incesable y bestial bombeo, tenía razón, me estaban dando la cogida de mi vida, estaba gozando a mil, sentía como se chorreaban mis muslos y el gozaba viéndome estrujar el respaldo de aquel sofá donde hace solo una o dos horas había estado llorando el final de mi matrimonio, pero eso ya no importaba solo quería que siguiera penetrándome una y otra vez, luego se sentó en el sofá, y me puso sobre él, yo gemía como nunca, mientras me decía - eso mi niña, ahora sabes lo que es montar a un macho grita, grita, deja salir la hembra que hay en ti - y succionaba mis senos como si esperara que saliera algo de ellos, así después de dos orgasmos más llegó el suyo, nunca me sentí más feliz de que me llenaran de leche, la leche de un hombre, de un verdadero macho. - Ahora me toca a mí, para que veas, que no soy la pendeja que tú crees! - baje lentamente y comencé a pasar mis uñas suavemente por sus huevos, hasta que volvió a erguirse, y comencé a darle la mejor mamada de su vida, le escupí, y empecé a lamer, cambiando de ritmo, sentía como se retorcía del placer, gemía, y bramaba - De verdad sabes lo que haces pequeña! eres maravillosa!... Hasta que acabo y yo disfrute hasta la última gota de ese precioso liquido blanquecino. Desde ese día me convertí en su mujer, él me tiene como su reina, y yo le devolví la vida... con el accedí a hacer cosas que con mi ex... jamás y descubrí el valor de tener un verdadero hombre en mi vida y entre mis piernas.