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El renacer de un viejo 1
Fecha: 19/12/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... izquierda empezó a sobarme los huevos, despacio, sin prisa. Yo estaba a cien. Apoyé la espalda sobre la pared y me encorvé para que pudiera tocarme bien los huevos. Ella aprovechó para pasar la mano por debajo y empezó a tocarme el culo, primero masajeandolo, y al final introduciendo la yema del dedo corazón. Como tenía la mano sobre el taburete hice un poco de fuerza hacia abajo, ayudando a que me penetrara. Estuve follandome con su dedo un par de minutos. Cuando fui a correrme le agarré la mano y dirigí mi polla hacia su cara. El primer chorro de leche se derramó sobre sus gafas. Fue una corrida espesa, que se escurrió despacio hacia abajo, cayendo en sus labios. Pasó la lengua y se limpió el labio. Los últimos chorreones cayeron sobre su canalillo y sobre el enorme pezón de su pecho derecho. Despacio, para no hacerme daño sacó el dedo de mi culo, y con el mismo se limpió la leche de sus gafas. Me lo enseñó. Tenía la uña llena de mierda y el dedo empapado en lefa. -¿Vé cómo se tiene que limpiar mejor? , dijo Y sin pensárselo me metió el dedo en la boca. Yo lo chupé con ansia. No era la primera vez que jugaba con mi mierda y no me daba asco alguno. Metía y sacaba el dedo como si me estuviera follando la boca hasta que comprobó que estaba bien limpio. Sin más se levantó, se colocó bien la bata y me ayudó a incorporarme, al tiempo que decía -Siempre que empiezo a lavar viejos acabo meneándosela. Creo que esto podría repetirse. Salió por la puerta, dejándome a medio enjabonar y con el rabo goteando leche. En cuarenta años de casado mi mujer no me la había meneado de ese modo ni una sola vez. Así fue como descubrimos una faceta rara de la vida de un viejo de ochenta años.