1. El albañil en la cama


    Fecha: 17/12/2017, Categorías: Anal Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... boca de Ana. Ella se la tragó casi entera y el albañil entonces se derramó en el fondo de su garganta, provocándole ahogos con tal cantidad de semen.Me aparté de la puerta para evitar que me descubrieran, ahora que estaban en reposo. Pero eso duró poco. Enseguida pude oír que empezaban una sesión de besos profundos y largos. Me volví a asomar y vi que Anita ya le estaba poniendo la verga dura otra vez a lengüetazos…Daniel la miraba callado con una sonrisa maliciosa de satisfacción y le metía un par de sus dedos en la ahora dilatada vagina de mi esposa.De pronto la detuvo con firmeza, la volteó boca abajo y la puso en cuatro. Ana intentó debatirse, presintiendo que ahora iba a sentir más dolor que placer. Escuché que le suplicaba entre jadeos e insultos:No, hijo de puta… te dije que esta vez sería mi concha solamente…”Confirmé entonces que ese tipo había sodomizado a mi esposa en su anterior visita y que ella no lo había disfrutado demasiado. Me imaginé que ese tamaño de verga era la causa por la cual ella ahora ofrecía resistencia.Finalmente Daniel pudo someterla y, cuando la aplastó contra la cama, adiviné que había ganado la batalla y penetrado en la estrecha entrada trasera de Anita.Ella pegó un tremendo un aullido de dolor, pero él le tapó la boca con su enorme mano. Ana se debatió intentando zafarse, pero él no lo permitió. Bombeó un rato ese hermoso culo y ella empezó a llorar calladamente. “Basta…por favor, me duele mucho… no seas tan hijo de puta…”Pero en respuesta, ...
    ... el albañil comenzó a moverse más rápido y violento.Ana seguía llorando de dolor y parecía estar a punto de desmayarse. Luego de bombear un breve rato, Daniel se la sacó, pero por poco tiempo. Tomó un gel lubricante que tenía a mano. Lo aplicó en forma generosa en la estrecha entrada y volvió a penetrarla, esta vez con más brutalidad.Mi esposa hundió su cara en la almohada y dejó escapar unos tremendos alaridos de dolor; pero el tipo no hizo caso. La tomó por los cabellos y la jaló hacia atrás para acercar sus bocas. Mientras se la seguía metiendo en su dolorido culo, Ana empezó a corresponder a los besos con furia…“Vamos, perra… vas a decirme que no te gusta mi garrote en tu culo…??”.“Siiii, soy tu perra… dame más, quiero más…” Respondía Ana a los embates, alzando sus nalgas para recibir esa verga todavía más adentro…De repente él sintió que venía otra ración más que generosa de su semen abundante y caliente… Le gritó a Ana que le iba a inundar el culo y ella aulló que aguantara un poco más, ya que ella también estaba al borde del orgasmo.Unos segundos después, pude oír los aullidos y jadeos de ambos mientras acababan al unísono. Mi verga endurecida comenzó a latir y sentí que mi propio semen manchaba mis pantalones mientras mi cuerpo temblaba.Daniel cayó sobre la espalda de mi esposa, todavía con su verga ensartada en el fondo del culo de ella y así permanecieron ambos por un rato, mientras trataban de recuperan el ritmo cardíaco.Con mucho sigilo, aproveché para salir de la ...