Visitas a mi vecino (El mirón)
Fecha: 17/12/2017,
Categorías:
Gays
Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos
... encanta!… Le echó mano a los huevos, los levantó y le metió un par de dedos en el culo. Y después de comprobar que entraban y salían con cierta holgura, tiró de las piernas hacia atrás y le ofreció ese culo a Eladio. ¡Está en su punto!, gordo. ¡Cuando quieras le das caña! Eladio la sacó entre los botones de la bragueta y se la enchufó dándole un empujón. - ¡Ay!, ¡joder! que me destrozas, ¡coño!, dijo Rafa - ¡Calla, guarra! Disfruta de este rabo ¡que esta tarde no te va a faltar de nada! El gordo no necesitaba esforzarse mucho para pegarle fuerte a ese culo recién estrenado; y Hugo trataba de compensar la situación, besando a ese tío, en la boca, para amortiguar sus gritos de dolor… - ¡Tranquilo, mi niño! Ya verás que pronto se pasa y empieza a gustarte, le decía Hugo al oído… - ¡Cabrón! ¡eres un puto cabrón!, decía Rafa, entre gritito y gritito… Pero, el estaba concentrado en ese mete y saca foribundo; y feliz... Hugo, miraba atónito jamás le había visto así. - ¡Tranqui, gordo!, que no se nos va a escapar ¡joder! además, ¡venga! que yo también quiero follar... ¡coño! - Rafa sintió un gran placer cuando el gordo se la sacó del culo; y accediendo a la petición de Hugo se puso de pie. - ¡A ver! Que quiero ver este agujero antes de petarlo. Y le separó las nalgas para mirar... ¡Mmmm!, que rico… pero, ¡que coloradito está!… ¡Eres un bruto, gordo! Cogió el durex play y volvió a engrasar bien ese agujero… - ¡Ya veras, como conmigo todo es mucho mejor! Le besó en el cuello y ...
... cogiéndolo por la cintura se la puso entre las nalgas, se la restregó un durante un buen rato; y, poco a poco, fue introduciéndosela, sin que Rafa rechistara lo más mínimo. - ¡Mmmmm!, ¡que gusto! ¡tu si que sabes, Hugo! - ¿Te duele? - ¡No, no!, dale… Hugo empezó a bombear con suavidad y, poco a poco, fue aumentando el ritmo. – ¡Ay! ¡joder, que gusto!.. que rico, ¡coño! Así, si podéis hacerme todo le que queráis, gordo. Pero a lo bestia, no ¡joder! El gordo no se inmutó en absoluto; y aprovechó que estaba a gusto follando con Hugo para arrodillarse delante de él y, de paso, comerle la polla. - ¡Ahy! ¡que bien! ¡que rico! ¡jodeeeer!... ¡Ahora si! Ya le tenían entregado. Podían hacerle todas las perrerías que quisieran. Sentía con agrado ese rabo metido en su culo y esa lengua que se paseaba por su cuerpo, lamiendo aquí y allá. Empezaron a gozar de él, profanando su cuerpo con todo tipo de juguetes. Ellos, solo querían que lo pasara bien; para poder repetir cuando se les antojara. El Rafa era su debilidad. Pero, en un momento dado, mientras le metían unas bolas vibradoras en el culo, Rafa dirigió la vista a la puerta de entrada del salón, que se la habían dejado abierta, de par en par; y gracias a que la de la cocina también estaba abierta, se dio cuenta de que ya había oscurecido; y de que la ventana del patio interior tenía la persiana subida hasta arriba. Si, si, la puerta de la cocina que también estaba abierta, le dejó ver que había un mirón con prismáticos observándolos desde el ...