Delito, sexo y venganza
Fecha: 15/12/2017,
Categorías:
No Consentido
Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
... casi por una hora. Entraban y salían voces que arrastraban palabras. Hubo discusiones. Nadia se alegró por unos ácidos que alguien le trajo, y el Cuqui hablaba de hacer unos papeles para un auto. Al rato hubo silencio. Sin embargo, como salidos de una semilla de la tierra, los dos estaban a mi lado. ¡escuchá puta, no sabés cómo se la estoy mamando, y lo dura que la tiene! Se te hace agua la concha, no zorra?! Nadia confirmaba con palabras lo que mis oídos reconocieron de inmediato. Ella se la chupaba y él gemía como loco. ¡andá guacho, matala a pijazos a la tilinga esa!, dijo ella con voz pastosa, y él enseguida se prendió de mis tetas, abrió mis piernas con decisión y calzó su pija babeada en mi conchita expectante. Esta vez sí su semen explotó en mi interior sin otro destino que ese. Apenas su pija salió con facilidad, Nadia levanta mis pies diciendo en mi oído: ¡te estoy poniendo una bombachita limpia, sana y re coquete, como les gusta a las nenitas de mamá! Y apenas me despegó un poco de cinta para hundir su lengua con gusto a birra en mi boca. Después me da de beber vodka con licor de frutilla y me convida unas pitadas de su faso. Ahora había otras voces que se acercaban a nosotras. Pero luego ella me arrodilla para atarme al poste. Y se aleja para que tres tipos me manoseen completa. Uno de ellos tenía la voz aguda y manos chiquitas. Los otros, uno parecía viejo y el otro, por su voz podría ser un pelado treintón. Pronto me dejaron sola, pero no tardaron en regresar a ...
... mí. Ya tenía dos pijas paradas y desnudas contra mi cara,y otra enfundada en un calzoncillo acartonado que olía a pis y a semen, también dura pero más chica que las demás. El pibe gemía al solo contacto de mi lengua en su panza. Los pajeé a los tres, se las chupé, y al guacho le escupí todo el calzón. Probé sus huevos, los del viejo y los del otro, que era poco agradecido. Me pellizcaba los pezones y me pegaba con el puño cerrado en las costillas, aunque él me pedía que se la muerda. El nene, como le decían, me hizo pis en las tetas, estimulado por los gritos de nadia. El Cuqui apareció de las cenizas y dijo que solo iba a pajearme para ponerme más loca. Pero al ratito me pidió que le mee la mano. Le obedecí, justo cuando el más veterano decoraba mi cutis con un torrente de esperma que no sabía a nada. Eso irritó a Nadia, pues al parecer, ese no era el plan. El Cuqui subió la soga que amarraba mi cuello, y entonces debí ponerme de pie para evitar ahorcarme. Volví a ofrecerme ahora al supuesto pelado, quien incrustó con habilidad su pene gordo en mi almeja, y no pudo durar más que tres bombazos a fondo. Nadia no paraba de reírse ni de gritar: ¡me encanta ver cómo los villeros se violan a las putitas como vos nena, esas zorras que no entregan y son flor de peteras! Hoy te vas a ir con toda la leche en la bombacha mami! El pendejo tomó el control de mi cuerpo cansado, y mientras decía: ¡así putita, cogé, sacame la lechona, todo el quesito nena, meame la verga sucia! Le propuso a ...