Delito, sexo y venganza
Fecha: 15/12/2017,
Categorías:
No Consentido
Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
... la argolla. Oía que le pegaba y le decía: ¡chupala como un macho nene, haceme gozar papi, y dale la leche a esa zorra! Mi lengua lamía sus huevos y su ano con asco y morbo, a la vez que mi mano se acalambraba un poco de tanto pajearlo. No podía creer que se le erectaba tanto la pija! Hasta que pronto siento que un chorro espeso de semen cae sobre mis tetas, y ella enseguida lo aparta de mí para lamer toda su acabada, haciendo que mis pezones deseen sus dientes más que nunca. Ni siquiera había reparado en que me había meado encima. Creo que ella fue la que me pone de pie de golpe, y entre los dos empiezan a corretearme sin quitarme la venda. Cuando llegamos al colchón roto que yacía tendido cerca de la heladera, los tres nos desparramamos sobre él, y ellos me lamen, acarician, muerden y besan como se les place. Nadia me rompe el pañal con los dientes, y al descubrirme meada, temblorosa y sollozando se lo dice al Cuqui, sin dejar de olerme. ¡mirá pendejito, tu amiguita se hizo pis, porque quiere que te la garches! Yo que vos no pierdo el tiempo! En cuanto esas palabras fueron eco en el carcomido techo de chapa, el Cuqui se trepó a mi cintura y clavó sin previo aviso su dura poronga en mi concha que burbujeaba una fiebre animal capaz de aturdirme. Me cogía rápido, como con desprecio, sin pausa, gimiendo entre lametones a mis tetas y amasadas a mis nalgas, acelerado y repleto de sudor. Pronto ella se unió a nosotros, y no tuvo mejor idea que sentarse en mi cara para que mi ...
... lengua, saliva y gemidos se ahoguen en su vulva peluda, gordita y carnosa. A pesar de que no la veía sabía que estaba desnuda. Su olor era fuerte, y su sabor tenía un cálido éxtasis en cada gota de flujo que emanaba de su vagina. Su clítoris estaba hinchado y duro como un tornillo, y sus frotadas me contracturaban un poco la mandíbula. El Cuqui seguía dándome más pija, pero ahora también le lamía el culo a su compañera de aventuras. Pero cuando creía que su verga sería una manguera de leche en mis entrañas, el pibe se acostó a mi lado boca arriba, y ella me acomodó sobre él para que lo cabalgue. Ella misma colocó su pene en mi sexo, y mientras yo saltaba impasible ella me chupaba las tetas y me lamía la cara. En un momento me atreví y le agarré la mano a la flaca para que me toque la concha, pero la hija de puta, no sé cómo logró introducir casi toda su mano adentro, y eso me ponía más loquita y alzada. En el instante de mayor frenesí del polvo, Nadia me levantó y tras unas cachetadas sin por qué a mi rostro lleno de interrogantes, me sentó sobre el Cuqui. Solo que ahora su pene era devorado por mi cola, y su lengua por mi almeja inundada de jugos. No tardé en sentir la propagación del semen de ese macho con cara de malo, pijón y perverso entrar en mi canal, justo cuando la lengua de Nadia me arrancaba un nuevo orgasmo. Parecía que no había tiempo para recuperarse de nada. En breve estuve atada a una columna de caño despintado, dolorida, vendada y con la boca encintada otra vez, ...