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Amalia y los Diplomaticos
Fecha: 13/12/2017, Categorías: Infidelidad Autor: murgis, Fuente: RelatosEróticos
... casi completamente inundada de leche. Amalia se dejó caer sobre el diplomático agotada por la sucesión de corridas y convencida de que si hubiera sido fértil todavía que el moreno no la hubiese dejado preñada con semejante corrida. Mientras el moreno se retiraba, Richard, tremendamente excitado por lo que había visto ocupó su lugar y agarrando las caderas de Amalia, volvió a ponerla a cuatro patas. La visión del coño de ella con sus pelos y la espesa leche del chófer que se escurría por la cara interna de sus muslos hacia sus rodillas puso más berraco aún a Richard que, sin pensarlo dos veces la metió de golpe su enorme polla. Ella no opuso ninguna resistencia a la nueva intromisión. Las paredes de su coño pugnaban por replegarse tras la tremenda invasión del negro y se acomodaron amablemente a la polla del nuevo macho. Richard se la metía suavemente, acariciándole las caderas y la espalda y alcanzando ocasionalmente con las manos las tetas de su Amalia. Aunque corrida hasta el éxtasis, Amalia empezó a reaccionar de nuevo a las hábiles caricias de su otro follador, comprobando que su pipa se había puesto erecta nuevamente. La follada de Richard, al notar la respuesta positiva de ella fue in crescendo. Le daba cada vez más fuerte, se la metía entera para volver a retirarla entera del entregado coño. En cada embestida le arrimaba a tope los huevos y los restregaba contra la entrada de su coño. Amalia empezó a bramar como perra ...
... en celo y empezó a correrse nuevamente, no sabían lo caliente que era mi mujer y que follaba más que meaba. ¡Así Richard así!. ¡Que bien me follas mi amor! ¡Hazme tuya!meteme hasta los huevos. Amalia meneaba el culo contra las embestidas de su follador y apretaba fuertemente intentando que también sus huevos entrasen dentro del trabajado coño. Los labios del caliente chocho se abrían de par en par receptivos, abrazando las depiladas pelotas que, ampliamente lubricadas por los jugos de ella y por la leche del anterior macho, acabaron finalmente por introducirse en el chumino. El placer fue indescriptible para ambos.Los huevos de Richard aprisionados y amasados por los músculos de coño de Amalia empezaron a correrse ineludiblemente mientras que la dilatación que provocaron en las paredes del coño de ella, le provocaron un nuevo y espectacular orgasmo a la muy perra que se retorcía voluptuosa mientras nuevas oleadas de leche se vaciaban en su interior. Ambos perdieron la noción del tiempo mientras disfrutaban de los estertores de los impresionantes orgasmos. Finalmente quedaron como desmayados en el asiento trasero del coche. Thomas ordenó al chofer que llevara a mi casa tras dejarlos a ellos en la embajada. ¡Umm Amalia que bien que te has portado! Te llamaremos porque esto hay que repetirlo además dirle a tu marido que le abriremos la puertas de comercio americano lo mismo que tu te has abierto de piernas con nosotros.jajaja.