La prima de mi mujer
Fecha: 13/12/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: murgis, Fuente: CuentoRelatos
... interior. Estaba impresionante. —De rodillas —le ordené. —No, espera, yo es que... no sé... —A callar —le dije. —Desabróchame el pantalón, sácame la polla y métetela en la boca. Te voy a enseñar a hacer una mamada. Lentamente se puso de rodillas situando su cara a la altura de mi miembro. Me desabrochó el pantalón y me bajo los calzoncillos quedando al aire mi polla. Se quedó bastante sorprendida del enorme tamaño que tenía tardando unos segundos en reaccionar, solo dijo joder que buena polla es más grande que la de mi marido con razón dice mi prima que eres un buen semental. —Imagina que es un chupa-chups, pero bastante más jugoso. No te digo más. Sacó su lengua y empezó a lamerme la punta. Era impresionante. A continuación mi polla empezó a desaparecer dentro de su boca, al principio actuaba con un poco de timidez levantando sus ojos para que le diera mi aprobación de si lo estaba haciendo bien. —Me estás haciendo una mamada estupenda —le animé. La timidez inicial fue vencida y en esos momentos que comía la polla de forma golosa y disfrutando de lo que estaba haciendo. Las venas de mi polla empezaron a señalarse, su tamaño aumentaba por segundos y me vino una descarga de leche brutal. Agarré su cabeza para impedir que la retirara, cosa que no fue necesaria. Se fue tragando toda mi leche a la vez que salía por la punta. Que bestia, que corrida y que forma de tragar. No dejo escapar ni una gota, relamiéndose con la lengua la comisura de sus labios hasta la última gota de mi ...
... leche. —Para no estar acostumbrada lo has hecho muy bien —la felicité. A continuación le dije —ahora te voy a afeitar el coño dejándote solo un mechón en el centro, te voy a hacer una comida de coño como nunca te la han hecho Leo. —Y mi marido cuando lo vea que va a decir. —Según tengo entendido la próxima vez que tu marido te vea el coño estará lleno de pelos otra vez jaja. Saque los bártulos de la peluquería, la tumbé en la cama y le quité el pequeño tanga. Tenía todo el coño lleno de pelos. Comencé con mi labor y al cuarto de hora aproximadamente se podía apreciar con todo detalle la obra maestra que había ejecutado. Un hermoso y extremadamente mojado coño sonrosado apareció a la vista, con unos labios preciosos y un pipa del tamaño de un guisante. La visión que tenía a la vista volvió a poner en funcionamiento mi polla poniéndose de nuevo en estado eréctil. —Date la vuelta de espaldas al armario, ponte a cuatro patas junta las piernas y pon los hombros lo más abajo posible —le indiqué. —Que junte las piernas y que, no entiendo. —Haz lo que te he dicho. Se dio la vuelta y se puso en la postura indicada. La imagen que ofrecía su coño rasurado era espectacular. La giré un poco, la agarré por las caderas y situé mi polla en la entrada de su húmedo coño, metí despacito la cabeza dentro de él notando su calor e inicié un ligero mete-saca tan solo con la punta. —Ay, comenzó a exclamar, me gusta humm, me gusta. Cuando menos lo esperaba ella, la así con más fuerza por la cintura y ...