1. El negro Teri.


    Fecha: 23/10/2020, Categorías: Primera Vez Tus Relatos Autor: Marcos, Fuente: computo.ru

    Allá por el 2000, todo bien va muy mal, el país se debatía en una crisis económica terrible, yo no era la excepción. Un día de octubre me llegó la carta de despido. Lo peor de todo, que nadie de mi sesión porque la empresaria quebrado. Éramos unos cuantos lo que hemos quedado en la calle. Con 26 años no sólo venía de fracasos amorosos y no también no tenía lugar donde trabajar. No conseguía trabajo por ningún lado. Lo único que tenía era un auto medianamente nuevo al que prácticamente no podía usar porque no podía pagar el seguro. Todavía viviendo en la casa de mis padres salía todos los días a buscar trabajo con resultados nulos.desesperación por trabajar y por tener algún ingreso económico, me hizo pedirle trabajo a un tío mío, al cual no sólo que no lo aprecio mucho sino que el trabajo que había que realizar era sumamente pesado, se cargaban camiones en distintos establecimientos avícola, pala y carretilla. Se cargaba un camión y al rato se cargaba el otro, prácticamente no sé descansaba. Por momentos cuando faltaban los dos camiones hasta que volvieran nuevamente al establecimiento, tal vez si podía descansar 1 hora a la sombra de algún árbol. Justo puedo empezar a trabajar porque a mi tío Carlos le faltaba un empleado. Eran tres y conmigo 4. No me interesaba empatizar con nadie, mi mal humor por haber quedado sin trabajo y tener que hacer ese tipo de labor me dejaba con un humor del diablo. Mi compañero de trabajo eran, Roberto un gordo desagradable de pelo largo, ...
    ... burdo, hosco y vulgar. El petiso Mario muy callado, muy amigo del gordo Roberto. Y el tercero era teri. Teri era un morocho de unos 35 años, un metro 70, de contextura musculosa, piel marrón oscura, ojos grandes y saltones y labios carnosos, pelo por los hombros muy lacio, flequillo cortado recto en la frente. Fue con el único que entable alguna que otra conversación cuando tenía un rato descanso. Si bien desde mi adolescencia había salido siempre con chicas, no sólo que había fantaseado con la idea de estar con algún hombre, qué la razón o el motivo de mis pajas, recurrentemente siempre era algún hombre, en mi adolescencia más allá de algún toqueteo con algún que otro amiguito, lo normal entre chicos, nunca había pasado eso, siempre del arte de vender una imagen de machote. Alguna vez borracho saliendo de algún boliche, me había levantado en su auto un puto, de nombre Marcelo, y lo más que había llegado a ser era a ponerme su pija mi boca, era la primera y única vez que había chupando una pija, con culpa por miedo a que diga algo, nunca más estuve con él ni con nadie. Pero en mis momentos de soledad, pensaba en lo que me gustaría que un hombre me cogiera. Esa fantasía siempre no andaba en mi cabeza, y como dije, era motivo de mis pajas. Pero volviendo al trabajo, los primeros días, entre el mal humor y lo pesado de este, no me interesaba charlar con ninguno de los tres compañeros de trabajo. Momento de descanso, me sentaba sólo debajo de un árbol. Un mediodía de noviembre, pero ...
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