la jornada de trabajo
Fecha: 06/12/2017,
Categorías:
Anal
Sexo Duro
Sexo en Grupo
Autor: stopercordobes, Fuente: xHamster
... encantado. Empezamos a recorrer el almacén, y en una de las paradas, mientras ella contab un palet de ron, no podía apartar la vista de ese magnifíco culo que tenía, lo que hacía que mi pene se pusiera cada vez más duro, al subirse a la carretilla una de las veces, tropezó, y dió la casualidad de que su culo fuera a parar encima de mi paquete.- Uy, perdona, que tonta soy- dijó ella, con una voz muy sexy y una mirada en la que dejaba entrever que estaba contenta de donde había caido. Yo , sorprendido, no dijé nada y la llevé de nuevo a la oficina.El calor ya era asfixiante, así que cómo no había nadie, me quité la camiseta y me quedé sólo con el pantalón de trabajo; cuando acabé con el inventario, ya era casi la hora de irnos a comer, así que entré en la oficina para entregarseló a Carlota, para que lo metiese en la base de datos.Cuando entré, y esa imagen no se me va a olvidar nunca, las chicas dejaron lo que estaban haciendoy sólo tenían ojos para mí (A ver, no tengo un cuerpo de gimnasio, pero tampoco estoy gordo, me cuido y procuro tener mi cuerpo cuidado, pero sin obsesionarme con ello). las chicas se quedaron paradas y tuve que preguntarles: Ey, chicas, ¿pasa algo o qué?-No, nada, javier, pero, joder, para la edad que tienes, vaya cuerpo que tienes- respondió Carlota, entre admiración y asombro- cualuiera diría que tienes 40 tacos.-Gracias, respondí, un pelín orgulloso- aquí os dejó esto, terminó de guardar unas cosas en la camara frigorífica y nos vamos a comer, ...
... ¿vale?; de acuerdo, respondieron ellas, pero no tardes.No llevaba ni diez minutos en la cámara, cuando Carlota apareció y me dijó: necesito llevarme un poco de marisco para casa, ¿dónde está?. le señalé el sitio, que estaba en la estantería más baja, y al agacharse, observé que el trozo de vaquero que unía lo de delante con lo de detrás, me permitía ver que no llevaba nada debajo, ya que casi se le marcaban los labios del coño, lo que hizó que mi pene se pusiera otra vez como una piedra. Al coger la cajita con el marisco, Carlota tropezó y al intentar agarrarse a mí, noté como su mano izquierda recorría todo mi paquete.- Vaya, vaya, veo que tienes un amigo que no nos has presentado- susurró ella con una voz cálida y sensual- y creo que se ha puesto muy contento.Acto seguido, se incorporó, y sin apenas tiempo, se agachó y empezó a restregarse con su culo contra el bulto de mi pantalón, lo que me lo ponía más duro todavía. No podía más, así que la levanté, le dí la vuelta, y mientras mis manos aferraban ese culo tan duro, le metí toda mi lengua en su garganta. Creí que se iba a echar para atrás, al revés, se agachó y empezó a desabrocharme el pantalón, pero en ese momento, Sonia gritó: -Vamos a comer, chicos-, lo que nos hizó dejarlo todo y arreglandonós un poco, nos fuimos para el restaurante.Empezamos con unas cervecits y un vino para la comida, y cuando terminamos y ya estaba a punto de pagar la cuenta, primero Carlota y luego Sonia, sugirieron:- Qué prisa tienes, Javi, si no nos ...