1. De niña a perra


    Fecha: 28/11/2017, Categorías: BDSM Autor: perrita, Fuente: CuentoRelatos

    ... que la mujer tuviese otros gustos. Hubo un nuevo beso con lengua no muy largo, en el segundo recorrí con las manos sus cuerpo hasta sus caderas. Debía entender que tenía necesidades de carne, de su carne. Eso la asusto, no estaba preparada para darme lo que necesitaba, así que lo cogí. Volví mi mano a su cabeza para forzar el beso mientras acariciaba está vez sus muslos con la otra. La chica se resistió, rehuía mis besos, cerraba las piernas e intentaba apartar mi mano con las suyas, pero no dejaba de acariciarse y siempre terminaba besándola una y otra vez. Cada vez que intentaba retirar mi mano, esta iba cada vez más lejos. No me besaba con chica alguna de esa manera ni en mis años de adolescente. Note la humedad en sus bragas y apreté la mano contra su coño. La chica dio un respingo entre el placer y el asco. Al final cedió. Dejo de acariciarse a sí misma y abrió un poco las piernas. Me sonrió como si fuera lo más travieso que había hecho en toda su vida. Pero yo quería más, necesitaba más. Quería una puta paja hecha por esas delicadas manos. Empecé a doblegar su voluntad a base de caricias a su húmedo amigo. Ella se mordió el labio para no gemir como una puta. -Es hora de ir a otro sitio. -¿A que otro sitio? -Al servicio. Eso la asusto de nuevo, así que la recordé dónde tenía mi mano. -Hay que terminar lo que se empieza. -No... No pienso hacerlo. No podía dejarlo ahora así que tape su boca con una mano, y con la otra arranque sus bragas. Comencé a masturbarla a lo ...
    ... bestia, pues mi práctica en tales lides era muy exigua. Sus ojos reflejaron odio, furia, dolor, placer... aceptación. -No sé dónde he metido la mano que me la he puesto perdida. Me la limpie en sus muslos sin la menor vacilación. Ella me miro durante unos momentos antes de fijarse en las bragas de nuevo. -No – La detuve – Déjalas junto a las zapatillas. Estaba seguro de que ningún hombre le había dado una orden tan directa sobre su ropa interior. Volvió a mirarme y algo de lo que vio en mi la convenció que lo mejor era para que arrojara sus bragas a un lado. Atraje su ropa hacía mi como si fuesen mis trofeos. Volví a mirar por mi ventana lo que me parecieron horas. -No me vas a devolver la ropa. No era pregunta. Mire mi reloj y aún quedaban unas tres horas y media larga de viaje. La chica miraba al suelo. Tenía las piernas algo abiertas y las manos mucho más arriba que la última vez. Tenía la sensación de que esta vez se había acariciado otra cosa. -Levántate y dame la mano. La lleve a través del pasillo tirando de ella. Una vez en el retrete, me la folle contra la pared. No hubo besos ni caricias, solo una chica subida en volandas siendo penetrada de forma salvaje una y otra vez. Cuando al fin me corrí me di cuenta de que la chica había estado mordiendo su propia mano para evitar chillar, de dolor o de placer, me era indiferente. La aplaste los pechos con las manos. Era la única parte de su cuerpo que no estaba aún mancillada por mi. -Quítate el vestido o te lo arranco. Obedeció ...
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