La gata y la perra
Fecha: 27/11/2017,
Categorías:
Transexuales
Autor: chicochica, Fuente: SexoSinTabues
El fin de semana con mi novio estuvo lleno de lujuria, sexo y gratas sorpresas, pero tuvo un desenlace completamente inesperado. El sábado por la mañana, luego de desayunar, nos duchamos por turnos porque nunca he podido estar con un hombre a menos que esté vestida, al menos con lencería, no sé, necesito ese toque femenino para poder disfrutar como mujer y no ser solo "un puto" como despectivamente se refieren a nosotras en el pueblo. Fue extraño ver mi siguiente atuendo cuando volví al cuarto de Javier, creí que se trataría de otro disfraz sexy, pero no, era un conjunto de bra y panty de satín blanco con pequeños moñitos de listón rosa en el frente, una playera tipo polo color rosa, minifalda de mezclilla azul claro, calcetas y tenis. Me vestí, me maquillé y me peiné con media coleta y el fleco en la frente; complementando con aretes de mariposa, de broche, porque nunca me he perforado los lóbulos. Mi novio también se vistió en forma casual y me dijo: - Estás hermosa, te llevaré a comer al centro - ¿Estás loco?, sabes que no me gustaría que alguien me reconozca, solo salgo vestida si vamos a otra ciudad - No te preocupes - respondió con su mejor sonrisa - hiciste muy buen trabajo con el maquillaje y nadie te reconocerá No tuve oportunidad de replicar, me tomó del brazo y así me llevó hasta su auto, nos subimos y fuimos directo al restaurant más popular (¿o el único?) del pueblo. Afortunadamente parecía que no solo sus padres se habían ido de vacaciones, casi no vimos gente ...
... y no nos topamos con conocidos. Para ser mi primera salida del closet no estuvo nada mal, mi nerviosismo fue desapareciendo lentamente y más por la forma en que me trataba Javier, en verdad parecíamos una pareja de enamorados en una cita especial. Comimos, bebimos algunas cervezas, reímos y después regresamos a nuestro nidito de amor para recomenzar la sesión de sexo. - En el cuarto de mi hermana está la ropa que necesitarás ahora - dijo Javier en cuanto entramos a su casa - ¿Pero... es necesaria? - pregunté - Por supuesto, nena, recuerda que vamos a disfrutarnos uno al otro como nunca lo hemos hecho La idea no era de todo mi agrado, pero valía la pena intentarlo si es que quería recuperar la relación tal como era antes. Me encontré un uniforme de gata (como vulgarmente se les llama a las empleadas domésticas): era un corset de satín y encaje negro, divino, con liguero; medias de malla negras; tanga de encaje negro; minivestido negro con delantal blanco y zapatos de tacón tipo aguja también en negro. Creí conveniente exagerar el maquillaje y simular un lunar junto a la boca, pensando en verme más puta para recibir una dósis similar a la del día anterior. Fue muy satisfactorio ver a mi novio nuevamente sorprendido y excitado al verme entrar a su cuarto, caminando lentamente, sonando los tacones y dando un par de vueltas completas para permitirle apreciar todo lo que estaba a punto de disfrutar. Por supuesto, él ya tenía preparados todos los juguetes, lubricante y guantes en su ...