Jarochos muy calientes. - 1 - - Relatos Eróticos

Jarochos muy calientes. - 1 -

... El Jarocho estaba literalmente follándome la boca ! Tenía un exquisito manjar ante mí, sólo para mí... delicioso !!

Le dije que me pasara su polla por toda mi cara, frotándola, y eso hizo. Su verga estaba superresbaladiza, entre el sudor, mi saliva y su pre-semen. Me la pasó por los ojos, la frente, los labios, la nariz... en fin, por toda mi cara. Qué rico perfume a macho, embriagador, tenía su trozo de carne ardiente ! Un jugoso manjar que pude degustar hasta la saciedad. Bajó su polla, restregándola también por todo mi pecho y mi vientre, y cuando llegó a mi verga, quisimos que "ellas" gozasen también juntas, así que escupimos y las untamos con nuestras salivas, las juntamos y masajeamos las dos juntas... Qué gozo ! 

Después de eso, seguimos de nuevo con los besos, y el gimnasta se puso como a cabalgar encima de mí, frotándose. La raja de mi culo estaba justo abajo de su polla. El chico estaba empalmado a más de no poder, y creo que hubiera podido clavármela de un golpe... El roce de su miembro duro, contra mi raja, me estaba produciendo un tal placer que tuve que decirle que parase o me corriería...
- "Como quieres, putita... podemos parar unos segundos, pero no mucho, me muero por destrozarte tu colita !... Sabes ha llegado la hora de la verdad... Tienes un hermoso culito... más lindo que el de muchas chavas que conozco !..."
- "Si quieres, vamos, mi amor... cógeme... quiero sentirte muy dentro mío... apoya la cabezota en mi hoyo... pero cógeme fuerte, mi amor ...

... !"
- "Mira, en el cajón de la mesita de noche... el viejo a veces pone gel lubricante... Lo encontraste ? Fenomenal !... Es para que disfrutes mejor, mi querida putita... Lubrica bien mi verga, y luego ponte una buena cantidad en tu agujero... Lubricalo bien... así vas a ver la locura de follada que te voy a dar !"

El chico acercó su rabo reluciente de gel, lo apoyó contra mi hoyo, y empujando entró poco a poco su tronco hasta los huevos... Sentía dentro de mí cada centímetro de su carne. Su pollón estaba tibio y palpitante. Me sentía en el paraiso. Sus manos me tomaban de la cintura y me atraían hacia él, haciendo la penetración más profunda. Fue un vaivén suave y acompasado, yo movía suavemente mi colita acompañando sus movimientos. Pero el ritmo empezó a acelerarse... ploc !... ploc !.... ploc ! ploc ! ploc !... Su pelvis chocaba contra mis nalgas, sus manos me agarraban tan fuerte que me dolía la cintura, pero aguantaba todo, con tal de no desconcentrarlo. Él jadeaba y exclamaba :
- " Qué agujerito estrecho y sabroso tienes, putita... Me encanta lo ajustada que te entra !..."
- " Sí, mi amor... es todo para tí !.... quiero que mi ano sea tu conchita preferida !... cógeme, mi macho... cógeme fuerte... Lléname el orto de tu leche, mi amor..."
Mi agujero estaba al rojo vivo por la fricción de semejante miembro, nunca se estiró lo suficiente, estaba al límite de romperse, pero eso poco me importaba, estaba como en una nube... De pronto, sus manos apretaron aún más mi ...