1. Gemidos en la playa. - 2 -


    Fecha: 20/04/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Fernando, Fuente: computo.ru

    Bahía Solano - Día 2 -
    
    Después de una noche de sexo desenfrenado, realmente necesitaba relajarme, y sobre todo dejar descansar mi ano, puesto en uso por los dos pescadores negros, y visitado en profundidad varias horas por ellos dos. Decidí bajar a la playa, eligí un rincón apartado, extendí mi toalla debajo de un árbol, cerca del bosque, y me quedé dormido. Desperté sobresaltado, y ví sentado a mi lado, un viejo, negro, que me estaba observando con una mirada lúbrica.   "Que quieres ? que haces aquí?"   Él sonrió : "No tengas miedo... Sólo te estoy mirando... eres tan guapo, con esta piel blanquita... y estos pantalones cortos... Me encanta tu cuerpo..."   El viejo negro tiende la mano a mis nalgas, la para sobre mis muslos : tiene una palma y grandes dedos ásperos... No me atrevo a moverme, me halaga que mi cuerpo sea tan atractivo...  - "Papito, me encanta cómo estás vestido... Déjame ver tu culito... debes tener hermosos glúteos, no ?"   El viejo no se puede contener más. Yo no lo dejo hacerlo, sin embargo se las arregla para bajarme los pantalones y acariciarme el ojete. Respira cada vez más rápido, como si hubiera corrido los 100 metros. Me doy la vuelta para hacerle las cosas más fáciles. Siento su lengua lamiendome el agujero, y luego tratando de entrar. Su saliva me humedece bien el ano, y empiezo a gemir de placer. Me pide que si me dejo coger. Me hago el duro diciéndole que no, que eso no, pero de tal modo que se nota que acepto que me lo haga. Entonces me ...
    ... dice con autoridad que me incline y abra las piernas, y yo sigo diciendo que no, pero obedezco...
    
    Muy rapidamente siento la punta de su verga en mi agujero y el forcejeo. Su miembro pero no es lo suficientemente duro, y el negro no logra forzar el paso. Él tiene mi cintura agarrada entre sus manos y me atrae sobre sí, tratando de clavarme. Noto cómo el viejo está caliente, lo siento temblar de deseo atrás de mí. Pero por más que lo intenta, no consigue introducir su pene, ni siquiera el capullo. Renunciando a cogerme, me preguntó : "No quieres chuparmela un poquito ?..."   Le digo que sí, y dando la vuelta descubro su miembro. Tiene un sexo muy grande, hoy en día flácido, pero que debe haber sido un monstruo de rigidez y largura. Su verga se asemeja a una morcilla arrugada, cubierta por una vena grande en toda su longitud. El prepucio abierto deja ver un glande púrpura que debe haber dado mucho placer a todos aquellos que lo tomaron en la boca. Este viejo macho, siempre cachondo por follar culitos, habrá sido sin duda un semental incansable que ayudó a construir la reputación de los machos de Bahía Solano...
    
    El negro ya no tiene el vigor de los años jóvenes y su instrumento no alcanza la rigidez necesaria permitiendo la penetración. No quiero ofenderlo, pero su pene blando y sus testículos desinchados no me tientan mucho... Le ofrezco masturbarlo. Agarro su miembro desgaratado y intento lo que puedo para darle un poco de rigidez, pero no puedo lograrlo. Sopeso sin embargo ...
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