Nunca sabes cómo acabará la noche
Fecha: 23/11/2017,
Categorías:
Primera Vez
Voyerismo
Autor: Lauer, Fuente: CuentoRelatos
... .-AAaaggghhhhrrr!! Diossss. -incorporándome rápidamente con ambas manos arropando mis nalgas. Sorpresa, temor. Seguía de pié con las manos masajeándome el culo esperando su llegada. No llegó, no hubo dolor. Solo una leve molestia que disminuyó en un instante. .-Ya está, ha salido del todo. Lo tenías muy bien lubricado. -Juan obligándome de nuevo a reclinar mi vientre sobre el respaldo del sillón- Hay que tapar este agujero. -abriendo cuanto pudo mis nalgas y ofreciéndoselo a Javier que me enculó. Entró sin dificultad, casi diría que se deslizó. Mi marido me perforaba rítmicamente. Yo mantenía los brazos en tensión bien sujetos a los reposabrazos, tal era su ímpetu que el sillón se desplazaba un poco con cada nuevo puyazo. Me estaba apartando del sillón luchando por no caer. Al ver mi dificultad, sin sacarla, giró hacia Juan. Este se apoderó de mis piernas poniéndolas a horcajadas sobre sus brazos y me alzó. Me abracé a su cuello y repose mi cabeza sobre sus hombros. Me dejaba hacer. Estaba emparedada entre dos hombres que sacudían libremente mi cuerpo buscando su posición. Notaba la polla de Javier clavada en mi culo. La de Juan, muy firme, rozaba mis labios con cada nuevo movimiento esperando su oportunidad. Y llegó. Cada una de ellas perforaba su orificio. Me elevaban y me dejaban caer sobre sus miembros profanándome a la vez. Dos pollas como una sola, saliendo y entrando de mi interior. No las distinguía. Las sentía. Jadeaba. Me abrazaba. Mis pezones arañaban el pecho de ...
... Juan. Intentaba mover mi culo. No podía. .-AAaaggghhhhrrr!! UUuuhhhhhhgggggg!! AAaaggghhhhrrr!! –exploté. Mis gritos retronaron por todo la sala. No sé por cuánto tiempo se prolongó mi delirio. Era una muñeca satisfecha entre sus brazos. Poco a poco fueron pausando su ritmo hasta la finalización de mi éxtasis. Mis brazos, inertes, caían sobre los hombros de Juan y mi cabeza, descolgada, descansada sobre los de mi marido. Seguía empalada. Dulcemente regresaba de donde quiera que hubiera ido. .-Nos has asustado. -escuché a Carla riéndose a carcajadas junto a mí. No la había oído llegar- Que manera de correrse hija. Que envidia. -acariciándome con su pulgar mis labios. La miré, poco a poco mis jadeos cesaban e hice una mueca que quería ser una sonrisa. No quería, no podía mantener mis ojos abiertos. Carla unió sus labios a los míos. .-Llevémosla al sofá así juntitos los tres -Javier incitando a Juan. .-Por mí no será. Mis dos amantes iniciaron el camino con pequeños y torpes pasos. Iba en volandas aferrada entre sus brazos. Tropezaban constantemente intentando ajustar el paso. Con cada traspié sus pollas trataban de escapar de mí interior, pero conseguían realojarlas por completo inmediatamente. Debía ser cómico presenciar esa “baile” en busca del sofá. Pero lo consiguieron. Lentamente Juan se sentó sobre el cheslong y empezó a reclinarse sobre él. Javier hacía lo imposible por no separarse de mí, pero finalmente su polla me abandonó. Juan aprovechó el momento para acomodarse y ...