aniversario - Relatos Eróticos

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... todo su cuerpo y sus piernas comenzaron a temblar, su excitación fue en aumento haciendo su respiración más rápida, entonces su pulgar se adueñó de su clítoris  acariciándolo en movimientos circulares, ante esas caricias tan placenteras Liz se dejó caer en el sillón completamente indefensa y jadeando por la excitación, Darío con su pene en la mano se acercó a Liz y se lo metió todo en la boca la cual estaba tan excitada que no pudo hacer nada y solo se dejó llevar por los embates de Darío el cual estaba muy excitado por toda la acción vista, el pene de Darío no era tan grande pero si lo suficiente para llegarle hasta la entrada de su garganta, en un instante de lucidez Liz intento empujarlo pero los dedos de Vicente habían encontraron el punto exacto y el movimiento rápido de estos le provocaron un orgasmo de antología, entre grito ahogados y una respiración muy agitada de Liz, Darío estaba eyaculando en su garganta obligándola a beber todo su semen caliente, ante la mirada desilusionada y sorprendida de Raúl, Vicente estaba muy excitado y no quería perder más tiempo en juegos, quito el sillón, la inco y acomodo sus pechos en la mesita de centro quedando frente a frente con su marido, dejándola con la cola bien levantada, Vicente hizo a un lado el vestido y dejo al descubierto su rico cachetero de encaje negro bien metido entre las nalgas, le separo un poco las piernas y jugo con su ano y su vagina mojada, de un tirón le rompió el calzón dejándola expuesta, Vicente tomo ...

... su pene y la penetro, no hubo resistencia ni pelea tan solo un gemido lleno de excitación, comenzó a moverse y su pene entraba y salía que aquella prisión húmeda, Liz estaba reaccionando favorablemente, Vicente había ganado tenia doblegada a Liz, la cual no dejaba de jadear en todo momento y cada vez que entraba el pene en su húmeda vagina, se había convertido en una perra en celo, pero Vicente no estaba contento con eso, deseaba humillar mas a Raúl y a Liz, volteo a ver a Darío y noto una tremenda erección y se le ocurrio una idea, le ordeno a Darío acostarse en el piso y levanto a Liz le quito el vestido tan solo dejándola con sus media y los ligueros, le ordeno montarse en Darío y meterse su verga, Liz obedeció enseguida y en un momento ya estaba ensartada moviéndose ansiosamente, aunque le costaba un poco por estar esposada, Vicente se colocó atrás de ella y comenzó a acariciar su ano con un dedo lleno de saliva y lo introdujo en ella, Liz reacciono y le pidió clemencia a Vicente, jamás lo había hecho así y menos ahora con un pene de ese tamaño, Vicente sonrió maliciosamente, le ordeno sujetar a Liz y no dejarla moverse mientras el se la metía, Liz intento moverse pero fue inútil, Darío era muy fuerte, en un par de minutos el pene de Vicente estaba completamente dentro del ano de Liz, la cual se retorcía de dolor pero a la vez de excitación ya que Darío no dejaba de moverse dentro de su vagina, Raúl no podía seguir observando esa escena, debería ser el quien estuviera ...