aniversario - Relatos Eróticos

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... las miradas masculinas estaban centradas en su hermoso cuerpo, Liz era alta, media 1.75 cm, tenía unos pechos grandes y suculentos, los cuales se notaban con el escote del vestido, una cinturita muy pequeña, unas caderas grandes y unas piernas muy sensuales, todo debido al ejercicio en el gimnasio, sus nalgas destacaban de todo lo demás, eran grandes, firmes, te podías perder mirándolas, en esta ocasión por el vestido ajustado resaltaban aún más todavía, las líneas de su cachetero también se podía apreciar muy bien, y el toque cachondo lo daba la abertura en su vestido, al caminar el vestido se levantaba y casi dejaba expuesta su ropa interior, además de permitir ver una de sus hermosas piernas enfundada en una media negra, sostenida por un liguero del mismo color, Liz se sentía muy incómoda con todas esas miradas morbosas recorriendo su cuerpo, por lo cual se apuró para salir rápido de ahí, al llegar a su auto un par de tipos se le acercaron y a punta de pistola la obligaron a subir, uno le quito las llaves para manejar y el otro se sentó junto a ella en el asiento de atrás, Liz estaba muy asustada y les suplico que por favor no la lastimaran, entonces uno le respondió – solo queremos el dinero y tus joyas, si nos obedeces y no intentas nada en un rato mas nos vamos, Liz saco su cartera y se la entregó al que estaba a su lado y se quitó todas las joyas, llorando le dijo que eso era todo si ya la podían dejar libre, el de su lado le dijo que primero irían a su casa de ...

... seguro haya tenía más dinero y joyas, después de eso se irían, Liz tembló de miedo, como iban a ir a su casa no podía dejar entrar a esos maleantes y menos estando completamente sola, intento salir del auto pero una bofetada del tipo la puso quieta y solo se echó a llorar, este miraba con morbo su generoso escote y la abertura del vestido había dejado descubierta su pierna y este se relamía los bigotes ante esa deliciosa imagen. Llegaron a la casa sin necesidad de indicaciones, Liz entendió todo, no se trataba de algo espontaneo sino ya de algo planeado, la bajaron del auto y entraron a la casa, le preguntaron donde tenía el dinero y las joyas, y ellas señalo la recamara, el mas morboso subió y reviso todo, recogió el dinero y las joyas, cuando volteo hacia la cama vio el antifaz, la mordaza y las esposas, las tomo y bajo para enseñárselas a su cómplice, el cual le indico ponérselos a Liz para poder irse sin problemas de ahí, el morboso obedeció de inmediato, pero al verla así de indefensa y vestida tan cachonda, le pregunto si no deseaba quedarse a jugar un rato con esa ricura, de manera seria le respondió que no venía a eso, solo a llevarse las cosas de valor, ella ya había cumplido su parte del trato y ahora ellos debían cumplir la suya, Liz estaba aterrorizada ante aquella escena, el primer tipo se molestó mucho ante las palabras de su cómplice, era la oportunidad perfecta, tenían a una mujer buenísima a su disposición, estaba esposada y amordazada, estaba sola en su casa y ...