1. Copiado de Internet


    Fecha: 19/11/2017, Categorías: Fetichismo Gays Tabú Autor: karencuriosa, Fuente: xHamster

    ... dicho, tampoco eramuy de hacer obras de teatro. Pero hubo un aspecto que me llamó mucho laatención. Y és el echo que me habia contado que tenia una hija afectada delsindrome de down.Mi mente dio vueltas y vueltas y vi que una relación de unadulto con una menor afectada del sindrome de down és de lo más morboso que tepuedas tirar por la cara. Más morboso que nada que hubiera leído yo hasta elmomento. Seria sensacional tener una relación con ella y después escribirla parapublicarla en una web. Me puse manos a la obra.Convencer a (lo llamaré Julio) para que permitiera tener esarelación con su hija. Era quizá el paso más dificil convencer a Julio y és poreso que esperé a un domingo, dia en que estuviera yo totalmente liberado denervios del curro y tal. Y me encerré en mi cuarto para que nádie me m*****ara.Tuve quiza 20 minutos de conversación. (más que conversacíon era mi propiacharla pues él no decía mucho)Le hablé de muchas cosas, como que esta sociedad está llenade prejuicios que ocultan los verdaderos y naturales sentimientos. Y que estamostodos (yo incluído) reprimidos por el echo de vivir tanta gente, tan juntos. Ybueno, deliró mi conversación por muchos más temas que ni me acuerdo pero queacabé obteniendo cierta aceptación por parte de Julio, que me dijo que se lopensaría.Yo le dije que era lo mejor que me podía contestar. Porqueobtener su inmediata aprobación era practicamente imposible. Asi que nosdespedimos y yo me dispuse a esperar (y más que esperar, desear) que me ...
    ... llamarapara decirme que estaba de acuerdo.Estuve un par de semanas esperando su llamada, pero nada.Creí que lo que le faltaba a Julio es decidirse y lo acabé llamando yo. Volvíotra vez a confesarle todo lo que quería hacer y como hacerlo y que no tenía enabsoluto ningun tipo de mala intención y al final se decidió por fin.Me dijo que me esperaba en su casa el domingo y que nosencerraríamos los tres en una habitación y él miraría todo lo que hiciese yo consu hija. Me advirtió que comprobaría que era cierto todo lo que le había dichoque quería hacer y que si en algun momento dudaba de mi, me echaría de casa parasiempre.No me impacienté en la espera del domingo. Me lo tomé concalma porque lo principal que tenía que tener en ese momento és calma y fueratodo tipo de nervios, stress laboral o desequilibrios que pudierandesestabilizarme en realizar algo para lo cual lo tenía que dar TODO de mi.Y el domingo llegó. Después de comer algo, inicié mi viajeentre 10 y 11. Llegué pasado el mediodía y con un mapa que había comprado acabéencontrando la casa de Julio. Habíamos quedado que no habría nadie en su casa.Solo él, yo y Susana, su hija.Esta me recibió con una agradable sonrisa. Como en todos losafectados de sindrome de down, se le notaba claramente en su cara estaafectación. Esos ojitos achinados y todo el resto de cara que un dia alguiencalificó como mongolicos y el denominativo este se hizo famoso.Saludé a Julio con un apretón de manos y a Susana con un parde besos en los mofletes. A ...
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