MI FANTASIA - Relatos Eróticos

MI FANTASIA

... creí que las cosas ya parecian acordadas con Roberto, le comente a  mi esposa que  estaba muy seguro que si se daban las condiciones de un encuentro entre ella y Roberto se realizaría lo que habíamos hablado. Le dije que yo no quería estar presente, pero si quería ver todo y desde ese momento me preocupe por comprarle un juego negro de lencería muy sensual, medias de liguero, una maravillosa súper minifalda negra y lo demás ella lo escogió. Con mi total colaboración  llego el día  acordado  en el que Roberto nos visitaría, el creía que yo estaría presente, pero lo que le diría mi esposa cuando llegara era que en la mañana de ese día había tenido que viajar fuera de la ciudad y seguramente había  olvidado de avisarle. Pero no había ningún problema, lo invitaría aseguir para ofrecerle algo. 
A eso de las 10 de la noche sonó el timbre, Roberto estaba allí, con su 1,80 de estatura y su cuerpo atlético en la puerta, mi esposa abrió y le dijo… “Pasa y ponte cómodo, Roberto tuvo que viajar al medio día pero será un placer atenderte y volvernos a ver después de tanto tiempo.”
Roberto parecía un chico tímido pero supongo que sería por el corte de tener al frente una mujer tan maravillosamente sensual e imaginarse que podría más tarde estar follando con ella aprovechando que yo no estaría  a la vista ni un solo instante.

Esa noche mi mujer estaba más bonita que nunca, por un momento pensé seriamente en mandar a Roberto a casa y quedarme yo solo con aquel bombón. Hacía mucho ...

... tiempo que no la miraba con esos ojos, estaba radiante, una maravillosa sonrisa, estrenando lencería erótica, con un liguero que ensalzaba su perfecta figura, Roberto se quedó tan sorprendido que no pudo articular palabra.
Mi mujer se acercó a Roberto, le dio dos besos y los dos pasaron al estudio, un lugar más acogedor,  yo escondido quería verlos sin tapujos ni inhibiciones, que fluyera el deseo sexual y así encontrarme con mi fantasía y enfrentada a la realidad.
Poco a poco los dos empezaron a sentirse cómodos, al principio mi mujer me buscaba esperando mi reacción, creo que pensaba que me echaría atrás en el último momento y mandaría a su ex cuñado  a casa, pero no fue así, yo me encontraba muy excitado al imaginar a mi esposa follando con otro hombre, me estaba gustando verla tan sexy y quería más.

Después de algunas copas del licor que yo les había dejado empezaron los roces, Roberto cada vez que podía observaba con mucho deseo las hermosas piernas de mi esposa y si podía las tocaba suavemente. Mi esposa estaba preparada para poner música e invitarlo a bailar, eso conseguiría un acercamiento muy natural y todo fluiría más fácilmente. 
Así es que el baile los llevo al acercamiento deseado y después a las caricias de Roberto a  los pechos de mi mujer, por cierto, son pequeños pero hermosos, por eso no me extrañó en absoluto que el se centrase en ellos con tanto esmero y atención, sus pezones se pusieron duros y el pene de Roberto se empezó a notar bajo su pantalón. Más ...