El semental de confianza -4 (Final)
Fecha: 24/08/2019,
Categorías:
Infidelidad
Sexo en Grupo
Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos
... coger”, dijo Ramón. “¡Las que quieras mi amorcito!”, contestó Claudia. “Tus hermanas quieren que me las coja a las tres juntas”, agregó el albañil. “No sé”, contestó Claudia. “Sé que no estoy tan buena como ellas”, dijo, compadeciéndose de sí misma. “Tus hermanas se besan y se maman como lesbianas. Yo creo que si son… ¡nomás las vieras! Había momentos en que yo salía sobrando”, agregó. “¿De veras?”, preguntó Claudia, con tono de incredulidad. “Si mamacita. Y tu mamá también”. Ambos se recostaron. Ramón comenzó de nuevo a acariciarla mientras ella lo besaba, agradeciéndole su erótica hazaña. “Me hace falta un novio”, dijo Claudia. “Quiero tener a alguien que me coja como a Patty”. “¡Falta de confianza mi reina!”, contestó Ramón. A su relativamente madura edad, Claudia había descubierto los encantos del sexo. El tiempo que Ramón y ella intercambiaban sexo oral y caricias siempre la dejaba insatisfecha. Aun a pesar de haber sido sexo anal, el fogoso albañil la transportó a otro nivel. Ramón comenzó a contarle intimidades de Ana, de lo que había sucedido en su casa, y a presumirle haber hecho suyas a las tres hermanas y a la mamá. Claudia no aparentaba, de momento, de ser tan sumisa como Ana y su madre. Patty era otro caso: ella no soltaba el control de la situación. No se la había tirado sola, únicamente con su hermana y su madre. “¡Vamos con ellas!”, finalmente aceptó Claudia. Claudia le preparó algo de comer a su garañón y una media hora después, salieron en el automóvil de ...
... Ana hacia su casa. Esta vez, Ramón manejó. ************************** Aprovechando la siesta de los niños, tras un par de horas solas, Ana y Patty se gozaban desnudas en la recámara principal, comiéndose a besos y lamiendo sus bellas intimidades, provocándose intensos orgasmos con sus dedos y bocas, seguras de que su hermana mayor estaba siendo debidamente ensartada por el semental de confianza de la familia. Cuando Ana lamía la vagina de Patty, comenzó a salir el semen de Ramón. Siendo la primera carga del día, era abundante. Ana tomó lo más que pudo en su boca, y lo llevó a la de Patty. Se regocijaron intercambiando el vital fluido del albañil. Patty volteó a su hermana, y en lugar de tragarlo como ella, lo vertió con su lengua en el ano de su bella hermana, empujándolo con su dedo hacia su interior. “¡Que cochinas somos, ¿verdad?!”, dijo Patty. “Si, y me encanta”, contestó Ana. “Como le agradezco a Ramón que nos haya pedido que nos besáramos”, dijo Patty, acariciando el pelo de su hermana. Besarse era el centro del placer lésbico que sentían las bellas mujeres. “¿Irán a venir los dos?”, preguntó Ana. “¡Eso júralo!”, contestó de inmediato Patty. “¡Nos lo vamos a acabar!”, dijo Ana. “¡Para que se le quite lo vergón!”, contestó Patty. Volvieron a unir sus bocas y rodar por la cama en su hermosa desnudez. “¿Qué hacemos con tus bebés?”, preguntó Patty, anticipando que fueran a llegar. “Déjame llamarle a Mally, a ver si nos puede hacer el favor, si no, nos vamos a tener que turnar ...