El semental de confianza -4 (Final)
Fecha: 24/08/2019,
Categorías:
Infidelidad
Sexo en Grupo
Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos
... llegar a sus nalgas y empezó a mordisquearlas. Patricia bajó su mano y comenzó a acariciar el largo y suave pelo de su hija menor, aprobando su acto, al tiempo que Patty comenzó a meter su lengua entre las nalgas de su madre, lamiendo con suma delicadeza, hasta llegar a su húmedo ano, devorando los restos de semen del albañil mientras acariciaba su clítoris con sus dedos, haciéndola gemir de placer, pasando por alto el hecho de que su propia hija hacía la placentera faena. La bella señora comenzó a retorcerse de placer, mientras Patty, implacable, metía su lengua en el ano, aumentando su ritmo. Ana, posesionada del pene del albañil, había logrado con su boca que alcanzara su legendario tamaño, quedándole a su madre bien claro que el albañil garañón estaba completamente al cargo de ellas y se comportaban como sus esclavas de placer. Ana se incorporó y se desvistió, mostrándole a su madre por primera vez su bella desnudez. Se montó sobre el pecho de Ramón, repujando sus nalgas contra su cara, mientras retomaba control de su erecto pene. Patricia estaba extasiada viendo a su hermosa hija casada desempeñarse como toda una puta, mientras Patty seguía lamiendo sus íntimos encantos. “Yo creo que ya estás listo, mi amor”, expresó Ana, “para darnos a las tres”. Ramón sonrió. “Que no sea muy intenso, mis amorcitos. Todavía no estoy al cien”, contestó, “nomás no se me encelen porque mañana le daré todo el día a Claudia”. Patty se desnudó apresuradamente. Patricia se arrodillo sobre ...
... la cama, con Ana a su derecha y Patty a su izquierda. Ramón contempló unos instantes el inigualable espectáculo, pensando en los manjares que tenía frente a él. “Me voy a culear primero a la mamá, y luego seguiré por edades”, les propuso a las tres bellas mujeres desnudas. “¿Panochita o fundillito?”, preguntó el albañil. “¡Como quieras papacito!”, contestó Ana por las tres. “¡No puedo resistir el culote de su mami, como le dicen ustedes!”, dijo Ramón. Se paró justo detrás de la madura señora, la tomó de las caderas, y con un suave impulso penetró su ano, sin esfuerzo alguno. Patricia gimió. Ramón comenzó a penetrarla rápidamente. “¿Si te dije que tu hija Ana tiene el fundillo igual de guango que el tuyo? ¡No aprieta ni madre!”. Patricia jadeaba mientras con sus manos, Ramón nalgueaba a las dos hermanas. Patricia empujaba su trasero para que el albañil la penetrara lo más posible. “Nomás no me la vayas a cagar, bella señorona, como Ana”, comentó. Ana sintió sonrojarse, pero por fortuna, no dijeron palabra alguna sus compañeras. Patricia gozaba, volteando a ver a sus hijas, como asegurándose que gozaran. Patty deseaba besarla en la boca como a su hermana, pero se contuvo. Ramón bombeó el intestino de Patricia unos minutos más. Saco su invicto pene y comenzó a golpear suavemente las nalgas de Ana. Patricia de relajó un poco y comenzó a acariciar a Ana en la espalda. Volteó a ver a Patty, la tomó de la barba y apretó sus mejillas. Patty aprovechó y le dio un beso en la boca a su ...