Compañeros de Piso
Fecha: 23/08/2019,
Categorías:
Anal
Gays
Sexo Duro
Autor: predatorgapes, Fuente: xHamster
de comer. Ya era rutina todo eso.Seguí limpiando la repisa, cuando sentí una nalgada en mis glúteos. Me volteé, sorprendido.Rodrigo me miraba con una sonrisa.-¿Entonces ya confías en mí?-preguntó, lo que me sacó mucho de onda.-Lo digo porque nunca te habías quitado la ropa. ¿Ya agarraste confianza?Al ver que su mirada no era ni lujuriosa ni sus manos me estaban acariciando ni nada, me relajé. Vi cómo iba al refrigerador y sacaba algo de comer.-Ya no tenía ropa limpia y aproveché a meter la que traía.-respondí.Después de eso, todo siguió como si nada esa tarde, aunque creo que le entró algo de culpa ver que yo me había puesto a hacer todo en la casa, así que se ofreció a ser el encargado de la colada a partir de ese momento.Acepté y seguimos con nuestra rutina.Aunque, tras ese día, nada más llegaba al departamento y me quitaba la ropa, excepto mis bóxers, que casi siempre eran más una segunda piel. Pero como Rodrigo no me miraba de forma extraña, no le tomé importancia al asunto.Así pasaron los días. Una noche de viernes, salí a tomar con unos amigos a un bar cercano. Dos de ellos se fueron tambaleando, buscando aún alguna chica con la que coger, dejándome solo con Alberto. Ya sin aquellos dos allí, comenzamos a besarnos y tocarnos.Alberto era compañero mío, y desde hacía casi un año que follábamos. No era una relación. Si se nos antojaba tener sexo y no teníamos a nadie más, nos llamábamos y cogíamos rico hasta caer rendidos.Esa noche, me estaba calentando demasiado. Su mano ...
estaba metida en mi pantalón, apretando mi nalga y me decía obscenidades al oído. Me estaba excitando demasiado. Me describía cómo iba a cogerme, y sentía su polla ya dura bajo sus pantalones.Salimos del bar, sin dejar de tocarnos.Al ser estudiantes y no tener mucho dinero, no podíamos darnos el lujo de ir a un motel. Y ya que su casa quedaba retirada, tuve que proponer ir al departamento a que me cogiera allí.No había metido a nadie hasta ese momento, pero en medio de la calentura, no pensé en que Rodrigo pudiera m*****arse.Fuimos al departamento, encontrándolo a oscuras. Le pedí a Alberto que no hiciera ruido, pero entre lo borrachos que estábamos, seguramente hicimos más escándalo del que creía.Llegamos a mi habitación y antes de que pudiera cerrar la puerta, me empujó en la cama y se puso sobre mí, besándome torpemente.Había sido un error pensar que podríamos tener una noche de sexo duro y caliente cuando estábamos así de borrachos. Alberto apenas pudo meterse el condón, y cuando quiso meterme la polla, tuve que ayudarlo a dar con mi entrada.La cosa duró menos de lo normal, con él viniéndose dentro del condón, el cual solo aventó al suelo el muy marrano.Cayó a mi lado, dormido, y yo solo me quedé con las ganas. Pero la ebriedad pudo más y caí rendido, desnudo y con un borracho roncando a mi lado.En la mañana desperté antes que Alberto, que seguía roncando. Me senté, con la cabeza dándome vueltas y la boca seca. Me paré para buscar mis boxers, cuando me di cuenta que tenía ...