1. UN LARGO Y CÁLIDO VERANO. Cunado me hice gozadora


    Fecha: 15/08/2019, Categorías: Tabú Anal Sexo en Grupo Autor: Livido, Fuente: xHamster

    Voy a narrar a mis amigos libidinosos en esta siesta de verano, la historia de cuando de la mano de mi madre me hice hembra, hace ya muchos años. Por entonces, nos íbamos casi todos lo veranos a Bahía San Balas, Provincia de Buenos Aires. Dos meses de sol y playa en ese paraíso agreste. Una rambla larga, pocas casas, pescadores, campamentos y la aventura que da la libertad a esa edad, lejos del mundo y el ruido. Ya conocíamos a casi todo los pueblerinos fuimos por 3 años seguidos. Mi padre era gerente de un banco en Bahía Blanca y se venía los fines de semana.Ese verano tenía mi secreto había dejado de ser niña. El sexo me llamaba, comencé a sentir el emplazando del cuerpo. En el convento, sobre fin de curso ya me masturbaba en el baño del colegio y disimuladamente en el banco de clase apretando rítmicamente mis piernas y balanceándome con algo durito sobre mi conchita. Podía ser la cartuchera, el pomo del agua. Después comencé a meterme cositas en la vagina y moverlas suavemente, mis preferidos, el mango del cepillo de pelo o mi dedito húmedo de salivita. Tuve mi primer espasmo sin saber lo que era haciendo mimos y manoseos en la falda de mi padre.Que placer delicioso invadió mi cuerpo. Entonces tome conciencia de la metamorfosis que estaba ocurriendo en mi ser que modifico mis ansias. Por arte de magia se me acorto la falda tableada del uniforme del colegio, comencé a pintarme, peinarme con esmero, coqueteaba con mis compañeritos de clase y mis muslos se exhibían potentes y ...
     musculosos. Mi madre me observaba y se sonreía de mis cambios.Cuento un secreto, hacia dos cuadras de mas para ir al colegio solo para transitar por enfrente de una obra que estaba llena de hombres que me miraban con deseo y me decían alguna grosería al pasar. Como me gustaba esa sensación de ser apetecida por esos barbaros y rudos machos. Se me fruncía la conchita de apetito.Ese verano, el abuelo de Carlita mi amiga me había poseído en la cuadra de su panadería, les conté la historia. Era mi despertar erótico y con ello un mundo nuevo de emociones y delicias.Los pechos me punzaban dulcemente, se acaecían turgentes con unos halos rosaditas re sensibles, empecé a usar corpiño para apretarlos un poquito y calmarme. Todo era sensaciones del cuerpo y sexualidad. Los juegos de siesta con Carlita subieron de tono, pasaron de toqueteos sin experiencia a casi sexo lésbico entre putitas gozadoras.Con el abuelito nos vivíamos encontrando para fornicar casi noche por medio. Me poseía en la cuadra de la panadería en un colchón mugriento. Creo que ya a esa cota era yo que lo consumía a él, porque acataba todos mis caprichos con tal de tenerme y por el miedo que yo contara lo que estaba pasando.Mucho poder para una niña caprichosa y mala como yo que despertaba al dominio de someter a los hombres con hacerlos desear. Mis armas, una l****a que adoraba mamar y tomar la leche del semental, vicio que se perpetuo para siempre. Estaba todavía lejos de la experiencia y la conciencia de ser lo que ...
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