Probando la zanahoria en la verdulería
Fecha: 14/08/2019,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Tabú
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Probando la zanahoria en la verduleríaUn día como cualquier otro salí a hacer algunas compras por el barrio y, luego de pasar por varios lugares, terminé en una verdulería a pocas cuadras de mi casa.Allí atendía un verdulero bastante descarado, que a todas las mujeres nos decía continuamente procacidades con doble sentido. Pero esa mañana era diferente. Yo estaba muy caliente porque Víctor no me había cogido en las últimas noches, aduciendo que estaba estresado por el exceso de trabajo y además decía que andaba con mucho cansancio acumulado y realmente no quería dejarme con las ganas; pero era mucho peor todavía que ni siquiera intentara cogerme…Entonces esa mañana, las procacidades de este hombre ordinario tenían un efecto bastante grave en mi cuerpo, haciéndome humedecer la concha y endureciéndome los pezones por la excitación. Me sentía muy caliente y eso era irreversible.“Usted ya probó mi banana?” Me preguntó, mostrando un plátano enorme.“Me imagino que debe estar bastante dura” Respondí yo, sin quedarme atrás…Mientras le contestaba así, no podía quitar mi vista de su entrepierna, donde se veía un bulto bastante considerable. Me imaginé que el tipo también se estaba calentando conmigo…Le pedí todas las verduras que necesitaba, pero al llegar a las zanahorias, me dijo que las había traído hacía unos minutos y estaban en unos cajones al fondo.Respondí que haría otras compras y volvería más tarde.Cuando regresé, ya casi era mediodía y el verdulero estaba solo y ...
... cerrando.“Las zanahorias siguen en el fondo; pase para elegirlas Usted misma” Me dijo.Pasé delante de él, sintiendo que sus ojos se clavaban en la raja de mi culo, bastante notable debajo de mis calzas de gimnasia. El hombre venía casi pegado detrás de mí; podía sentir su aliento en mi nuca y eso me calentaba todavía más.Comencé a balancear mis caderas y el tipo lanzó un suspiro de aprobación. De pronto me detuve en seco y él no pudo evitar atropellar mi cola con su verga bien endurecida. Me pidió perdón, pero yo sabía que eso era lo que el tipo buscaba…El contacto de su verga contra mis nalgas terminó de hacerme mojar la concha…Llegamos a una especie de galpón de chapas, donde estaban acumulados varios cajones. A un lado había una pequeña cama, con un colchón grueso y sábanas limpias. El verdulero vio mi expresión de asombro y explicó:“Este colchón es para las clientas que tardan mucho en decidirse” Intentó aclarar. Pero a mí no me quedó claro qué era lo que debían decidir.“Ahí están las zanahorias” Me señaló un cajón en el suelo.Me doblé por la cintura para mirar las zanahorias de cerca y entonces lo sentí.Su verga endurecida se apoyó contra mis nalgas bien marcadas, mientras el tipo me aferraba por las caderas con sus gruesas manos. Me quedé quieta, sabiendo que estaba tomando un camino del que no podría regresar…“Qué le parece esta zanahoria…?” Me susurró al oído, apretándome más…Antes que pudiera yo decir algo, el verdulero me bajó las calzas hasta las rodillas, quedando a la vista ...