Una semana de placer con mi querida suegra - Relatos Eróticos

Una semana de placer con mi querida suegra

Me levanté de la siesta y escuché la voz de mi suegra conversando con Mabel, una amiga suya desde la infancia. Le decía…• La verdad es que los chicos me tratan muy bien. Yo sé que soy un estorbo en la casa pero donde ir? A veces me pongo mal como cuando los oigo hacer el amor porque lo hacen con una pasión que a veces me dan ganas de meterme a la cama con ellos. Mi hija Carmencita debe gozar como loca, digo, por la forma que a veces cuando están follando la oigo pegar unos gritos ahogados y contenidos. Además, te voy a contar algo y te pido que te lo guardes. La vez pasada lo vi a mi yerno Damián completamente desnudo. Había dejado la puerta del baño abierta y lo vi. Te cuento que tiene una verga larga y gorda y eso que la tenía muerta, imagino que tenerla adentro en todo su esplendor debe ser un sueño. Por eso envidio a mi hija. Ese día cuando se la vi no pude más y me tuve que masturbar un largo rato con la imagen de esa hermosa verga.• Me imagino Marta lo que habrás sufrido viendo y no poder tocarla ni jugar con ella.• No sé qué me pasa, pido disculpas al cielo, que a veces me dan ganas de pedirle a Damián que me coja. Aunque sea una vez para volver a sentir esas sensaciones tan brutales que brinda el sexo.• No te animas? Total si lo hacen con discreción Carmencita no se enterará.• Si es verdad, tienes razón pero no me animo. Mira si me rechaza y se lo cuenta a mi hija. Menudo despelote se me arma.• No seas tonta, los hombres están siempre dispuestos para esas cosas, y a ...

 decir verdad tú todavía tienes un cuerpo apetecible. Te has cuidado tanto que es una pena que no lo disfrutes.• Veremos, si se presenta la ocasión por ahí me lanzo. No sabes cuánto deseo esa verga desde que la vi. Sueño que me la como.Ese dialogo se dio en mi casa donde mi suegra, separada desde hace unos años, vino a vivir con nosotros aprovechando que no tenemos hijos. Ella es una mujer de 56 años muy bien llevados que siempre estuvo atenta a su físico y como decía Mabel, más de uno le podía echar un polvo y quedar satisfecho.Dejé pasar unos minutos y me asomé a saludarlas sin hacer ningún comentario. Solo noté que Mabel, sin mucho disimulo miraba mucho mi entrepierna.Pasaron días de aquellas revelaciones de mi suegra, y la verdad es que después de ese momento empecé a mirarla con otros ojos. Hasta ese entonces, si bien reconocía que estaba bien, nunca se me había pasado por la mente que podía ser un objeto sexual. Haber escuchado esa confesión me despertó la libido y el morbo, por lo que me propuse transarme a Marta. Solo tenía que esperar la oportunidad y ella se dio cuando mi esposa que es médica, se ausentó una semana de casa para hacer un curso de especialización fuera de la ciudad.La primera noche de la ausencia de mi mujer me dispuse a concretar mi objetivo. Después de cenar y mirar un poco televisión nos fuimos cada uno a su cuarto. Dejé pasar unos minutos esperando que Marta se acostara, y que mi polla tomara envergadura, para apersonarme en su habitación.• Marta ...