Una Tarde para Recordar
Fecha: 08/08/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... loco. Paola entonces sonriendo y super excitada me deslizó la cabeza hacia el área de su sexo y separando un tanto las piernas me dio la bienvenida a su exquisito coño. Por varios minutos estuve chupando, besando, y lamiendo en su interior hasta que sus gemidos se transformaron en verdaderos aullidos de felicidad y así en medio de tremendas convulsiones y sacudidas de puro goce, Paola alcanzó su colosal orgasmo. Yo, por mi parte, con mi sexo despertando nuevamente a la vida, tenía todo el deseo de poseerla y hacerla mía. Sin secarnos siquiera, me la llevé a mi cuarto y la tumbé sobre la cama. Ya sólo pensando en penetrarla, me subí sobre ella, besándola en la boca con un juego super erótico de lenguas. Era una criatura realmente bella, con unas caderas formidables y un culo redondo y hermoso. Cuando me sentí todo erecto y como sable, apunté hacia su sexo y sintiendo, ya en mi glande la exquisita humedad de su interior, lo introduje de un solo empujón hasta el fondo. Comencé entonces ese rítmico y delicioso movimiento que ustedes conocen de meter y sacar, meter y sacar, cada vez con mas fuerza y pasión. En medio de todas estas fuertes envestidas ya sólo pensaba en venirme en su interior e incluso había comenzado a acelerar aun mas el movimiento cuando Paola me detuvo. Adivinando mi intención, la chava me rogó que no me viniera todavía y que continuara follándola por otro rato. Confieso que tuve que relajar bastante el cuerpo, sobre todo el trasero, para conseguir lo que ...
... me pedía pero logré durar y seguir así penetrándola por otros 10 o 15 deliciosos minutos. Finalmente, con los cuerpos bañados en sudor y sintiendo que Paola alcanzaba un segundo orgasmo, decidí venirme con todo, y en medio de fieras envestidas, fui derramando mi tibia hombría en todo su interior. Paola parecía nuevamente loca de placer recibiendo todo este regalo, y mientras le injectaba mas y mas miel, ella se entretenía dándome palmadas en las nalgas que aunque algo fuertes, me aumentaban aun mas el placer, sobre todo en el área de los sacos donde comenzaba a sentir un delicioso cosquilleo. La puerta de mi cuarto se abrió entonces de un derepente y sin aviso alguno. Girando la cabeza vi, para mi asombro, la figura de Tom. Mi vecino y fiel amigo nos sonreía desde la entrada. Cambiando de posición y sentándome en la cama le grité a Tom todo irritado si se hallaba pinche ciego para no darse cuenta que estaba en algo privado con una chava, que se largara de inmediato antes que me levantara y lo moliera a puñetazos. Tom, todavía sonriendo y sin moverse me contestó que se imaginaba que yo habría ya aprovechado bien el tiempo de casi dos horas con la muchacha y a juzgar por lo encogido de mi pinche instrumento , sí lo había aprovechado y bastante bien. Ahora era de maricón egoísta, Tom continuó, no darle quebrada a un chavo amigo. En mi furia, yo ya me había abalanzado, desnudo como estaba, contra Tom cuando se oyó la voz de Paola, rogándome que no me fuera a las manos. Para mi ...