Una Tarde para Recordar
Fecha: 08/08/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Yo me considero un chico normal, claro que siempre estoy pensando en las chavalas y en sexo y en todo eso. Sin embargo, cuando el señor Enrilos me telefoneó por el problema con su cortadora de césped, yo estaba enfrascado en un partido de basketball que pasaban por la televisión y no pensando en ninguna chava. Lo juego bastante bien y hubiera llegado a ser capitán de uno de los equipos de la selección del colegio si no le hubiera contestado a nuestro coach. En todo caso le prometí al señor Enrilos pasar y arreglarle el problema de su cortadora antes del mediodía. Mientras me dirigía a su casa, a sólo tres bloques de la mía, no podía dejar de pensar en la descomunal Paola, hija de los Enrilos y capitana de la barra de cheerleader de nuestra selección. Pensé que sería milagroso si la bella Paola apareciera por el jardín mientras arreglaba la máquina. Tal milagro podía darse, después de todo la chica vivía en la misma casa. Al llegar, sin embargo, los ánimos se me vinieron al suelo cuando el señor Enrilos, después de abrirme y agradecerme mi prontitud, me informó que todos habían salido y que se encontraba solo en casa. Luego, mientras me conducía por su enorme jardín hacia el cuarto de las herramientas, agregó que el mismo debía también marcharse pero que me dejaba en una mesita frente a la puerta lateral de la cocina, dos coca-colas heladas y mi cheque por el servicio. Los jardines de los Enrilos, delantero y trasero con tremenda alberca, me son muy familiares, ya que por años ...
... hemos estado tomando turnos con otros compañeros y chavos del barrio para hacerles su mantención. Así ganamos algún dinero extra. Son jardines enormes y muchas veces incluso los trabajamos entre dos. Siendo verano, el sol de mediodía pegaba fuertisimo y el cuartito donde trabajaba ardía como caldera. Como la condenada máquina es eléctrica me veía forzado a repararla allí adentro y cuando finalmente pude salir, 45 minutos después y con la cortadora ya reparada, estaba deshidratado y bañado en sudor de pie a cabeza. Al pasar junto a la alberca me dieron tremendos deseos de lanzarme de cabeza en ella, pero conociendo las reglas de la casa por hacerles muchas veces los jardines, me dirigí en cambio a un cuartito con ducha cerca de los filtros donde sí permitían a los chavalos asearse y bañarse al acabar el trabajo. Mientras me duchaba me empecé a excitar nuevamente con la idea que esta belleza de Paola vivía y dormía a solo metros de donde yo estaba, posiblemente en alguno de los cuartos superiores del segundo piso. Este solo pensamiento terminó produciéndome una erección casi instantánea que calmé como pude aprovechando las manos todas jabonosas. Me vinieron entonces tremendos deseos de ver el cuarto de Paola y notando al recoger mi cheque que la ventana de la cocina estaba semi-abierta, la tentación pudo mas que mi voluntad y decidí correr el riesgo y entrar en la casa. Siendo Paola hija única encontré rápidamente su cuarto en el piso superior. Aunque ordenado, estaba lleno de ...