1. El peor conocido de mi marido


    Fecha: 05/08/2019, Categorías: Anal Sexo con Maduras Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... gimnasio, encontré que el nuevo vecino estaba en la puerta de mi casa conversando con una vecina. No pude evitar pasar a su lado y él me saludó.“Cómo te va, rubia… todo bien…?” Preguntó, desnudándome con la mirada. Lo miré con desprecio y sin responder seguí mi camino; lamentando haberme puesto mis calzas tan apretadas. El tipo seguramente estaría mirando mi culo, observando que la tela se me pegaba a las nalgas, marcándome bien la raja…Un par de horas más tarde regresé, encontrándolo otra vez en la calle. Intenté pasar sin mirarlo, pero entonces exclamó:“Ahora sos indiferente, pero ayer te gustó pajearme…”Me planté y le dije que era un hijo de puta y que sabía lo que había hecho con la hermana de Víctor…El tipo se rió a carcajadas y me dijo que ya le había roto el culo a la hermana putona de Víctor y ahora se lo iba a romper también a la putona de la esposa, o sea, yo…Ante semejante ofensa, respiré profundo y le dije que no se metiera conmigo y que dejara tranquilo a mi esposo.Volvió a reírse y me dijo que ya hablaríamos…Continué viaje mascullando mi bronca, sintiendo sus ojos posados en mi culo…Al día siguiente por la tarde, fui a hacer algunas compras, vestida con una breve minifalda negra. Me vestí así para provocar a Alfonso, si nos cruzábamos…Al regresar con mis compras hechas, lo encontré fumando en la puerta de su casa. Me miró de arriba abajo y me dijo:“Qué buenas piernas, rubia…”Me hice la desentendida y seguí caminando, aunque ahora balanceando mis caderas de ...
    ... forma felina…De repente sentí que me tomaba del brazo, diciendo que pasara a su casa; quería mostrarme algo…Le dije que me dejara en paz, sino quería tener problemas con mi esposo.Pero Alfonso insistió, arrastrándome al interior de su casa.“Te muestro algo y si te gusta, te lo regalo…” Me dijo.Me hizo sentar en un cómodo sofá de terciopelo rojoEntonces de repente, abrió su bragueta y sacó su verga enorme, totalmente erecta…“Si te gusta, putita… es toda tuya…” dijo sonriendo.Me levanté de un salto, preguntándole si se había vuelto loco.“Yo sé que te gusta mi verga… o me equivoco, Anita…?”Me dijo, sacudiéndola de arriba abajo; alardeando de su tamaño.Intenté irme, pero me agarró de la cintura y apoyó su tremenda poronga contra mi estómago, mientras sus manos manoseaban mi culo por debajo de la minifalda.“Basta, no seas tan hijo de puta…” Le supliqué…Pero él pudo presentir mi duda y continuó manoseándome el culo.Pronto uno de sus dedos se coló por mi tanga dentro de mi concha y, naturalmente la encontró bastante humedecida…“Pedazo de puta, te estás negando, pero tu conchita no miente”.Dejé escapar un leve suspiro, sintiendo su dedo en mi concha.“Quiero cogerte, Anita… estoy muy caliente con vos, perrita”Su mirada cargada de lascivia terminó con mi escasa resistencia y entonces lo dejé hacer conmigo lo que se le antojara en gana.Me hizo girar en el aire y terminé de espaldas a él. Sentí su verga endurecida metiéndose por debajo de mi breve falda y el tipo comenzó a frotarla contra mi ...
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