Desenfrenado y apasionante fin de año
Fecha: 04/08/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: PATRI81, Fuente: CuentoRelatos
... importante, trate de quitar otra vez su mano, era una lucha desigual, primero por su fuerza y segundo por la falta de mi convencimiento en quitar esa mano. Trataba de no hacer ni el mínimo ruido, aguantaba como podía, pero notaba como iba perdiendo fuerzas, como me relajaba y sobre todo como el placer se apoderaba de mí. Una vez que sus dedos entraron en mi chocho, me deje caer contra el respaldo, me moví un poco hacia adelante, le mire y nuestras miradas eran electrizantes, veía en sus ojos su deseo y él debía de verlo en los míos. Cerré mis ojos y me dejé llevar. Ahora por lo que note sin necesidad de ver, era que Aníbal se había animado, porque me acariciaba por encima de mi suéter, hasta que metió una de sus manos por debajo de él y sin necesidad de subirlo, me fue desabrochando los botones de la camisa, hasta notar su fría mano en mis pechos, ya que mi sujetador no fue ningún obstáculo, acariciando mis pezones que ya estaban endurecidos. Aníbal al final me levanto el suéter y mis tetas estaban por fuera del sujetador, que seguía abrochado y los dos como embrujados se fueron por mis pezones, metiéndolos en sus bocas, en ese justo momento lleve cada una de mis manos a sus rabos, que se notaban que el pantalón no podía ocultar semejantes bultos. Al tocarlos, ellos me dieron todas las facilidades, vi cómo se desabrochaban sus pantalones sin dejar de lamerme toda. Mis manos ya tenían bien atrapados esos dos rabos grandiosos. Como pude me chupe mis manos dándome saliva y sus ...
... rabos lo agradecieron, porque se les escapo un pequeño sonido por sus bocas ocupadas. Aníbal se apartó y se agacho, se puso entre mis piernas y empezó a quitarme las bragas, para lo cual tuve que levantar un poco mi culo, que provoco que Carlos metiera hasta el fondo sus dedos en mi chocho y un dedo entrara en mi culo. Aníbal metió su cabeza entre mis piernas y empezó a volverme loca de gusto. Carlos que había quitado sus manos para dejar el camino libre a Aníbal, empezó a quitarme el suéter, la camisa y el sujetador. La única prenda que me quedaba era la falda vaquera, sujeta por un solo botón, ya que los demás me los habían desabrochado. Carlos en cuanto pudo se desnudó de cintura para abajo y como siempre, ver ese rabo tan hermoso, depilado totalmente, que hace que se vea de otra forma, me provoco el hacerle una mamada, que delicia sentirlo ardiendo dentro de mi boca, Aníbal me tenía al borde del orgasmo y no quería hacer ruido, cuando sentí que me venía, apreté bien mis labios contra el rabo de Carlos y lo tuve conteniendo mis gemidos. Hice que se sentara Aníbal junto a Carlos y ahora fui yo la que me puse de rodillas entre los dos, ver esos dos rabos majestuosos solo para mí, me hacía ponerme más cachonda, me puse a hacer una doble mamada, cuántas mujeres quisieran estar en mi sitio es lo que pensé, me dio igual ya mi marido y me dio igual todo. No hacia falta que ellos dijeran nada, sabía que les estaba haciendo una buena mamada porque, además de su respiración, notaba ...