1. Desenfrenado y apasionante fin de año


    Fecha: 04/08/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: PATRI81, Fuente: CuentoRelatos

    ... menos para él. Rober y Juan se pudieron en una mesa pequeña a jugar, yo me senté en uno de los sillones grandes frente a la televisión. Aníbal no estaba y Carlos después de darles las copas a Juan y Rober, vino con dos a donde estaba yo, me dio una, se sentó a mi lado y dejo la otra sobre la mesa. Iba vestida de forma normal, nada llamativa. Llevaba una falda vaquera, con botones por delante, una camisa y un suéter, por lo que no se me veía nada, tampoco insinuaba. Llego Aníbal y se sentó al otro lado, también junto a mí, cogió su copa y bebió. Estábamos haciendo comentarios sobre la programación de la televisión que era malísima, hacíamos chascarrillos de todo lo que veíamos y nos reíamos a mandíbula batiente. Hasta que Juan en un tonito especial, nos dijo que así no se podía concentrar uno, que si hacíamos el favor bajáramos la voz. Nos reímos en voz baja y ellos me cuchicheaban a mis oídos, el notar sus respiraciones, que, seguro que lo hacían para provocarme, conseguían que me pusiera “nerviosa” porque recordar a esos dos machos follándome me resultaba un suplicio. Me levante y me fui al aseo, donde me refresque un poco la cara, no se para que hice esa chorrada, ya que lo que si tenía alterado era mi chochito y no mi cara. Al volver al salón, me acerqué a mi marido y pregunte si le quedaba mucho, me miro con una mirada terrible y gesticulo con la cabeza, como diciéndome que era una pesada. Le insistí y esta vez me dijo que si, que le quedaba un rato, que Rober jugaba ...
    ... muy bien, que era un digno contrincante y cuatro parras puchadas más que me dijo, como que jugara yo a algo y me distrajese. Me fui cabreada junto a Aníbal y Carlos, dejándome caer de golpe en el sillón. Carlos me puso una de sus manazas en la rodilla y me dijo que me tranquilizase, que no empezase el año enfadada. Sospechaba que la mano era una forma de tantear mi predisposición, como mucha delicadeza le di las gracias por su ánimo y le quité la mano. Que no la quite porque no tuviera ganas, era por lo acordado con mi marido. Frenar a Carlos, me costó, pero era lo mejor, sabía que con Aníbal no tendría ningún problema, no se atrevería. Seguíamos viendo la televisión y haciendo comentarios sarcásticos de lo que veíamos. Viendo que mi marido no venía, me di un poco la vuelta y vi que seguían enfrascado con su partida de ajedrez, que por el tiempo que llevaban no podía ser que fuera la misma partida. Me empecé a malhumorar, Carlos que se volvió a dar cuenta, volvió a ponerme la mano sobre la rodilla calmándome, se volvía a repetir la situación, igual que antes, cogí su mano para quitársela y el, esta vez no se dejó quitar la mano, acerco su boca a mi oído me dijo que estaba cachondo y me mordió el lóbulo de la oreja, me dio un repeluco que hizo temblar todo mi cuerpo, Carlos que es muy largo se dio cuenta y subió sin ningún impedimento por mi parte su mano hasta llegar a la tela de mis bragas, que con la destreza de sus dedos las aparto para llegar a mi chocho. Me dio un sofoco ...
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