Entre-acto. Secretos desvelados - Relatos Eróticos

Entre-acto. Secretos desvelados

... del conductor y yo le entregué lo que había sacado del coche. Los guardias fueron muy buenos, he de reconocer que esperaba algo peor, pero no, fueron comprensivos, ninguno de los tres dijimos la verdad sobre su velocidad, tuvo suerte ya que en ese tramo había piedras en el asfalto, los guardias señalaron como posible causa, algún camión que había perdido parte de su carga, ya que más adelante había algunas más, nos tomaron los datos como testigos y mientras que se llevaba al conductor inconsciente en la ambulancia, nosotros continuamos nuestro camino de vuelta, en casa anoté todo cuidadosamente, lo hice por si me citaban como testigo. Hubo un detalle que escuché a los guardias, no había frenada, y eso les extrañó, por tanto dudo que pudieran estimar la velocidad del vehículo. Meses después nos llamaron a los tres como testigos de la compañía de seguros, y respondimos a sus preguntas con normalidad, nada de exceso de velocidad a pesar de la cámara de la autovía, pensaba que íbamos a caer en contradicción con ellos, pero nadie dijo nada, y sin más nos marchamos, no nos quedamos a ver como continuaba el juicio. Cuando llegaba a mi coche desde lejos vi apoyada en él a una jovencita de corta faldita de color negro con puntillas y con algún roto, botas negras con partes metálicas y tachuelas, medias de red rotas y atadas con finos lazos rojos, pelo largo ensortijado, era alta y musculosa, bonitos pechos con tatuajes casi fuera del corpiño, rostro oscurecido por el negro en torno ...

... a los ojos, y de penetrante mirada azulada y gordezuelos labios de rojo apagado. ¿Eres el dueño del coche? – Preguntó con mirada inquisitiva. Si – Respondí elevando mis escudos, problemas. ¿Entonces tú sacaste a mi amo del coche en llamas? – Preguntó de nuevo empleando el mismo tono. No había llamas, cuando ya casi estaba afuera empezó el humo, las llamas fueron después, ya estaba fuera del coche, no hay que exagerar. Chiquilla – Respondí con cautela. No soy chiquilla y no te pases conmigo ¿Sabes quién soy? – Dijo poniendo la suela de la bota en la puerta del coche. No, ni me importa, apártate que tengo prisa – Respondí avanzando en su dirección. Me manda mi amo, quiere conocerte, ya conoce a los otros dos, te ha dejado el último debido a que salvaste algo muy preciado que lleva en su portátil, eso que sacaste de su coche mientras ardía. El coche no ardía y no hubo riesgo alguno, nadie ha declarado que hubiera llamas con nosotros dentro – Insistí contrariado por la obstinación de la chica. Mi amo me ha dicho que solo tú estuviste dentro del coche, los otros dos no se arriesgaron, tiraron de él desde afuera y tú empujabas desde el interior, y que luego volviste a entrar y sacaste el portátil y la cartera. Tenemos una copia de la investigación del accidente, la cámara de la rotonda. Soy un regalo, puedes disponer de mí hasta que te canses, seré tu esclava por mandato de mi amo, pero no soy una tonta, y tengo la seguridad de que soy más inteligente que tú. No lo dudo, dale las ...