A los pies de mi ex
Fecha: 30/07/2019,
Categorías:
BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... Mañana iré a la ciudad para buscar un uniforme de su talla y un arnés de castigo. Entérate –me dijo-, las criadas no tienen pene y, si lo tienen, no es para su placer sino para el de sus amos. Es un peligro que entre en erección sin permiso, porque te hace pensar como el macho que ya no eres y rebelarte ante tu nueva condición. El arnés te ayudará a someter tus deseos a los de tu señora. Con el tiempo, agradecerás que te lo pongamos y hasta tú misma te lo ceñirás para evitar castigos mayores. Era la primera vez que alguien se dirigía a mí como si yo fuera mujer. Era muy humillante todo lo que concernía a mi nuevo empleo, desde servir de chacha a la que hasta hacía unas horas, sin papeles de divorcio por medio, era mi esposa, hasta ser la sumisa alumna de mi vecina, pasando por ser la asistente de mi antigua criada en lo que había sido mi chalet. La situación, de modo involuntario, me producía morbo y de ninguna manera quería que cambiara, al menos hasta saber qué daría de sí. Por un momento pensé en forzarla preguntando por mi salario. -¿Tu salario?-se rió Sonia- Si quieres echamos cuentas. Me debes más de cien mil euros de un préstamo que te hice para una de tus necias aventuras empresariales. Cuando lo considere cancelado te lo haré saber y, mientras, confórmate con un anticipo. Carlos se levantó y con una llave de arte marcial me colocó boca abajo, sobre las rodillas de mi señora, Marta me levantó la falda ofreciendo mi culo al castigo. Sonia me propinó veinte azotes por ...
... nalga, algunos con uno de sus zapatos de tacón de aguja. -¿Cuánto cobras al mes, Marta?-preguntó. -Nada, mi señora, salvo la felicidad de servirle. -¿Te enteras?- me dijo tirándome de sus rodillas al suelo. -Sí, mi señora. Mandó que me retirara a cenar y descansar. Marta me dio un bocadillo de mortadela y un vaso de agua. En su cuartucho, a los pies de su cama dispuso de una manta vieja donde me hizo acostar. Elisa supervisó la operación e hizo que me atara de manos y pies a un radiador próximo para inmovilizarme acostado. Pasé una noche de perros como un perro. De nuevo, Marta se apiadó de mí meneándomela con sus preciosos zapatos en un shoejob inolvidable. -Debes dormir –me dijo-. Mañana te espera un día muy duro. Si quieres adelantar trabajo, puedes limpiar el semen que has dejado en mis zapatos con la lengua. Sentí asco y me lo notó."Tú verás, pero en seco puede saberte peor y cuesta el doble lamerlo". Su observación me pareció convincente y dejé lustrosos sus zapatos de charol con mi lengua. Marta se desnudó y se puso de rodillas ante la cama. "¿Rezas?", le inquirí. "No –respondió-. Al señorito Carlos le gusta que le reciba así". Más de una hora después Carlos entró con la verga fuera de su bragueta, tan grande y dura como aseguraba mi ama. Sin mediar palabra con la criada, se la ensartó en el ano y refociló a gusto con su culo hasta que se corrió. Marta se la chupó después para lavársela y él se retiró dejándola agotada sobre su catre. "¿Es siempre así con el señorito?", ...