1. Busco madura (2): La secretaria


    Fecha: 26/07/2019, Categorías: Sexo con Maduras Infidelidad Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... agitándose, inquieta, moviendo las caderas como mueven las perras. – Muévete perra, mueve el culo, putita. Se arrodilla, sumisa, sometida, sacando la cola bien arriba, abriéndose los cachetes con una mano mientras pide que se la ponga ya mismo. En posición de perrita recibe la estocada a fondo, siente los testículos golpear los muslos en cada envión, las carnes blancas y opulentas incitan a ser nalgueadas más de una vez, el golpe suma excitación a las intrusiones compulsivas y hasta salvajes, tomada de la cintura se debate entre el placer de la cogida y el de la dominación. Separo los cachetes, me gusta ver como entro en ese chocho peludito, como sonríe el ano en cada bombeo, tanto como para abrir ese aro fruncido con el pulgar ensalivado, moviendo al compás de la penetración. De fondo escucho la desafinada armonía de los gemidos y jadeos de la hembra hincada de rodillas aguantando a su macho. Echa el trasero hacia atrás, vociferando palabras obscenas y procaces que gustan decir muchas mujeres cuando el placer extremo hace tabla rasa con su calentura y las emociones la desbordan. Comienzo a nalguearla con mayor continuidad. - Sí, sí, mi señor, castiga a tu putita por mala, por perra, por muy puta. Dame, dame, más fuerte, soy mala… Las nalgas bien echadas hacia atrás, sentadas sobre mis muslos, mientras la nalgueada y los jadeos ahogan los efectos del orgasmo que la domina, la agita sacudiéndose toda. Convulsiona hasta no poder contener las vibraciones internas, exaltada ...
    ... al máximo pide clemencia. - Basta, basta ya! no puedo… no puedo seguir, me matas, me matas. Bastaaaa! Déjame, suéltame, no pueeedooo… No tuvo otra opción que salirse ella misma, tomarse del sofá, trepar hasta derrumbarse sobre él, echar la cabeza hacia atrás, jadeante, respirando a bocanadas. Se soltó el cabello, agitó la cabeza haciendo flamear el cabello, cumplía uno de los tips clásicos, cuando la secretaria deja la formalidad para jugarla de “feme fatale”, realmente ese detalle y conservar el trajecito sastre constituía el vivo ejemplo de la lujuria. Recostada con el aspecto desaliñado provocado por el potente orgasmo, agitada y jadeando no para de vociferar que la pasión alteró sus sentidos, la mano izquierda enredada y agitando sus cabellos, la derecha en afiebrados movimientos circulares sobre el clítoris para sobrellevar los efectos del orgasmo que la tiene aferrada a las sensaciones que atenazan sus entrañas. No para de gemir y retorcerse, tomado de sus caderas la saco hasta dejarla bien al borde, levante las piernas que sostiene pasando los brazos por detrás de los muslos, hasta sostenerlas elevadas agarrándose de los tacones altos como, introducirme entre sus piernas y comenzar a lamer los agitados labios de la vagina, aspirar el afrodisíaco aroma, cálido y dulce, sentir en la lengua el delicado sabor salado que desborda en el profuso orgasmo. Paleteo frenético de la vagina para sosegar los estertores, comiéndole la conchita y lamiendo en toda la extensión y ...
«12...456...»