Mi esposa se libera
Fecha: 25/07/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Eran alrededor de las 23:00 horas, mi esposa y yo estábamos a punto de acostarnos, pensando en qué aburrido sería nuevamente éste día sábado. Sonó el teléfono. Era su amiga íntima, Cecilia, que le recordaba la invitación que le había hecho para la despedida de soltera de Susana. La estaban esperando a ella solamente. Era la única que faltaba. Mi esposa, me preguntó si me podía dejar sólo para acompañar a sus amigas. A regañadientes, le dije que bueno, pero que no se le ocurriera por ningún motivo extralimitarse con el trago. Sabía lo ardiente que se pone con algunos grados de alcohol en su cuerpo, y me preocupaba su reacción ante el desenfreno que se produce en las despedidas de solteras. Se vistió con una minifalda de cuero, que hacia resaltar sus piernas y su culo, la mejor parte de su cuerpo; se puso una blusa que dejaba entrever sus pezones más oscuros que sus redondos senos. Se arregló, como dispuesta a pasar la noche con todo el liberalismo que tenía adormecido tras veinte años de matrimonio. Le pregunté si quería que la fuese a dejar, para evitar que tuviera que manejar. Me respondió que estaba encantada, de esa forma podría beber sin pensar en la responsabilidad que significa manejar con alcohol. De inmediato me di cuenta de mi error, pero ya era demasiado tarde. Los ojos que me miraron fijamente, me decían que esa noche estaba dispuesta a todo. Mostraban lujuria, pasión y morbosidad, me dijo... Te llamo para que me vayas a buscar. Al llegar al departamento de su ...
... amiga Cecilia, la esperaban 3 mujeres entre los 25 y 43 años, más la novia, quien sería la reina de la noche, supuestamente. Habían contratado un barman y 3 mozos para que las atendieran. Había música, bar abierto, deliciosos entremeses, mariscos, champagne, y un ambiente que se respiraba a carnaval. El lugar estaba decorado ad hoc para la ocasión. Susana, tenía 24 años, delgada, muy bien formada, cintura de avispa, culo sobresaliente, senos pequeños, armónicos con su cuerpo, medía 1.65 metros, y era la novia quien sería durante ésta noche, la mujer que recibiría más atenciones, "supuestamente". Iniciaron la jornada todas reunidas alrededor de una mesa de centro, sentadas en cómodos sofás, desinhibidas, deseando expresarle a Susana, sus propias experiencias en sus matrimonios, o dándole consejos de cómo "manejar" sexualmente al que sería próximamente su marido. Pidieron a los mozos sendos tragos, los que empezaron a beber mientras comenzaban a repartir los regalos que una oportunidad como ésta merecía. El primero era un condón luminoso. Debería ser usado en la oscuridad más absoluta posible, y puesto por ella después de una soberbia chupada al opíparo órgano de su futuro marido. Otro regalo era un vibrador descomunal en su dimensión. Asustó un poco a Susana, quien preguntó cómo podría meterse semejante aparato y en qué oportunidad. La respuesta no tardo en venir. Mi esposa, quien ya se había tomado dos "margaritas", le comentó: mira Susana, tu aparato vaginal es capaz de eso y ...