Bajo el cielo de Siberia (1)
Fecha: 19/07/2019,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
bajarle vigorosamente; lo puso sobre el hombro derecho, y comenzó a avanzar al paso, seguido de sus hombres, toda la formación blanca, con las banderas ondeando al gélido viento, los músicos tocando sus instrumentos, oficiales y suboficiales, a sable desenvainado también, y sobre el hombro, al frente de sus respectivas tropas y éstas con el arma, los fusiles, apuntando hacia adelante, en erizado frente de puntas de bayoneta. La aparición del comandante blanco, seguido de sus efectivos, llenó de estupor a los guardias rojos, hasta tal punto que, por unos instantes, su fuego, artillería, morteros y demás, enmudeció ¡Aquello no podía ser!.. ¿Es que se había vuelto loca toda aquella gente? ¿No veían, no comprendían, que lanzarse a un asalto a la bayoneta era suicidarse? Porque no cabía duda que ese era el propósito del jefe de los blancos, llevarlos a un ataque así, intención compartida por su gente, del primer al último hombre… Pero el estupor de los guardias rojos duró menos que nada, pues cuando vieron que toda aquella vanguardia, decidida, se les venía encima, el pandemónium de las explosiones artilleras, los estampidos de morteros y ametralladoras y el “paqueo” de la fusilería, reinició su mortal “concierto”. Las granadas de artillería y morteros comenzaron a estallar entre los “blancos”, abriendo espacios vacíos entre las cerradas formaciones que, al momento, eran cubiertos por los que iban detrás de los caídos. A Nadezhda llegaba el redoble de tambores marcando el paso a ...
la tropa, pero no así lo que cantaban, el himno o marcha que los músicos, incansables, impertérritos, tocaban con sus instrumentos. Esto no llegó a sus oídos hasta que la vanguardia blanca estuvo a tiro de piedra de la primera línea de trincheras rojas. Era el “Adiós a Slavianka”(1), el “Adiós a la Patria y la Mujer Eslava”, canción popularizada durante la Primera Guerra Mundial entre el Ejército y la población rusa en general… “Adiós Patria, adiós Rusia/ No nos olvides/ Todos no volveremos/ Pero tú, a ninguno nos olvides/…/ Se van los barcos con los soldados/ Y los trenes, repletos de hombres/ Adiós Patria…Adiós, Rusia querida” La vanguardia blanca llegó a esa primera línea de trincheras enemigas y lo que parecía imposible, la utopía, se hizo realidad. Allá llegaron atacando a la carrera, aullando como lobos. Como lobos hambrientos, sedientos de sangre, la sangre de los guardias rojos. Irrumpieron en aquella primera línea de trincheras rojas como fieras furiosas, matando milicianos, milicianas, a diestro y siniestro, a bayonetazo limpio, ululando más que gritando: “¡Por la religión, por la Patria!... ¡¡¡VICTORIA O MUERTE!!!... ¡¡¡VICTORIA O MUERTE!!!... ¡¡¡VICTORIA O MUERTE!!!”… Y los guardias rojos, aterrados ante aquella especie de redivivas “Némesis” vengadoras, que mataban, y mataban, sin piedad, salieron corriendo, en franca desbandada, lanzando al suelo sus armas. Los oficiales, suboficiales y, sobre todo, los comisarios políticos, empecinados en sujetar a los hombres, ...