Un viudo joven: Tania, mi fogosa ahijada
Fecha: 01/07/2019,
Categorías:
Grandes Relatos,
Bisexuales
Autor: Fernando X, Fuente: CuentoRelatos
... totalmente empalada, me pedía que no me detuviera y a la vez apretaba sus nalgas para evitar la intromisión, le pedí se relajara y que procurar ella misma irse clavando cada vez más mi pija. Así lo hizo poco a poco ella misma logro meterse medio palo adentro, cerca de 10 centímetros de mi verga ya estaban totalmente clavados en ella, de su orificio anal empezó a escurrirle excremento casi líquido mezclado con algo de sangre, no había espacio dentro de ella para recibir la totalidad de mi miembro, su chucho no dejaba de producir liquido en abundancia, que yo tomaba con mis manos para seguir humedeciendo el resto de mi falo y lubricando la entrada de sus entrañas. De un movimiento fuerte y precisó, de un solo empellón, termine de clavar los otros 8 centímetros de verga dentro de ella. Tania, grito del dolor y de sentirse casi partida por la mitad, me pedía que le sacara de inmediato aquello que tan salvajemente le había introducido, yo la tome de sus caderas y evite que rompiera la unión, poco a poco, el dolor fue cediendo y ella empezó a disfrutar el tener mi miembro dentro de ella, su ano se había abierto totalmente, mi ahijada empezó a moverse suavemente como midiendo hasta donde podía jugar con mi verga, al mismo tiempo, yo empecé a bombearle poco a poco, para terminar de dilatar su culito, hasta que logramos que en este juego de meter y sacar ella encontrara el ...
... gusto y el placer para dejarse hacer y de esta forma lograr casi al unísono un orgasmo que por mi lado lleno sus tripas de semen y por el de ella, mojar la cama como si se hubiera orinado en ella. Así pegados como perros, permanecimos por varios minutos, mientras mi verga regresaba a su estatus normal, cuando fue posible, me retire de su cuerpo, dejando tremendo boquete en su cola, del cual empezaron a fluir líquidos compuestos por mi semen, algo de caca y pequeños rastros de sangre. Ella continuo empinada sin moverse, solo me pidió que le tomara unas fotos con su celular, para poder darse cuenta de cómo había quedado su colita. Cuando pudo moverse, le ayude para que entrara al baño y posteriormente nos bañamos juntos, donde todavía tuvimos tiempo de agasajarnos con algunos besos, pero ella no estaba ya de humor para seguir cogiendo, solamente después de unas horas, regresamos a la cama, para volver a darle una buena y ultima cogida del día. Todavía estuve cuatro días más con ellas, de los cuales, al tercer día, pidió permiso en su trabajo para ausentarse, día que dedicamos por completo a una sesión todavía mejor de sexo. Muchos se preguntarán que si alguna vez tuve algo con Virginia, la hermana menor, solo les puedo decir, que Virginia vivió con nosotros un año, ella y mi hijo mayor, perdieron la virginidad al mismo tiempo, y lógicamente, yo nunca tuve que ver con ella.