Karina, casada insatisfecha
Fecha: 23/06/2019,
Categorías:
Infidelidad
Dominación
Autor: AJfsbsm88, Fuente: CuentoRelatos
... hacia la puerta intentando escaparme. Comprendí que querías conocer mi reacción y poniéndome en esa situación, te respondí: - Te persigo y tirando de tu pelo te exijo que sigas mamando mientras te amenazo con atarte durante toda una noche y dejarte el consolador metido toda la noche. - Uhmmmfff, te la volvería a mamar, jaja - Tu rápida respuesta me confirma que deseas que lo haga realidad y por eso mientras oigo tus protestas, te llevo hasta tu cama y usando las corbatas de tu cornudo, te ato a la cama. Desde tu habitación leíste lo que había escrito y me pediste que volviéramos atrás diciendo: - Quiero coger contigo por el chat. Acorrálame contra la pared y mientras me follas la boca con tu lengua, quiero que me estrujes el culo. Más excitado de lo que nunca me imaginé al estar chateando por internet, reescribí la escena diciendo: - Persiguiéndote, te alcanzo en la puerta de mi piso y lanzándote contra la pared, te beso metiendo mi lengua hasta dentro de tu boca mientras estrujo tu culo. Mi violencia te excita y por eso usas tus piernas para abrazarme mientras intentas llevar mi pene hasta tu vagina. Contigo en mi poder, te grito: - ¿No sabes que eres mía? Nunca podrás evitar ponerte caliente conmigo. ¡Eres mi PUTA! ¿Lo entiendes? - Sí... soy tu puta. - Y las putas ¿Que hacen?- pregunté mientras hundía mi verga entre los pliegues de tu caliente vagina - Son cogidas por su macho. - Y ¿quién es tu macho? ¿Tu marido o yo? - insistí y mientras respondías comencé a mamar de tus ...
... rosadas areolas. - Suspiraría y acariciaría tu pelo mientras tu cara está en mis tetas. Al sentir que estabas intentando evadir tu respuesta, indignado volví a la carga: - Contesta puta. ¿Quién es tu macho? - insistí mordiendo uno de tus pezones. - Tú. - Di mi nombre, ¿Quién es el hombre por el que estás ahora cachonda? Reconoce que me buscas en el face para sentir tu vagina húmeda una y otra vez. - Alberto... Sabiendo que necesitaba tu completa claudicación y que de nada me valía ese mero reconocimiento, insistí: - Confiesa que te gustaría hacer realidad todas nuestras aventuras mientras piensas en que sentirías mientras me empiezo a mover dentro de tu vagina. Comprobé tu rendición al leer: - ¿Vas a cogerme? Y cómo queriendo saber si tus sentimientos eran compartidos, usando tu teclado, preguntaste: - ¿Te caliento?? - Sí, y lo sabes. Me gustaría verte desnuda. Disfrutar de la tersura de tus pechos mientras separo los pliegues carnosos que escondes entre tus piernas. No contenta con mi respuesta, escribiste: - Dime con todas sus letras que te caliento y que eres mi macho. No me costó reconocer en ti la urgencia de ser parte de mi propiedad y por ello te contesté sinceramente: - Me calientas porque eres mi hembra y yo soy tu único macho. Sé que esta noche soñarás conmigo, con él que dice todo lo que te haría y que hace sentirte mujer sabiendo que al otro lado tiene la verga parada esperando tus caricias. Habiendo resuelto tus dudas, volviste a la escena idílica que estábamos ...