Miriam en llamas
Fecha: 18/06/2019,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Sexo Duro
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Hacía mucho tiempo que no tenía noticias de Miriam, la cautivante morocha que yo había conocido hacía tiempo y que, por casualidad, más tarde terminó siendo también amiga de mi esposa.Miriam era una tremenda madura que yo me había cogido más de una vez. Era lesbiana y por eso ella también se había enredado con Anita…Tenía muchas ganas de volver a cogérmela, pero no podía encontrarla por ningún lado. Era como si se la hubiese tragado la tierra.Sabía que Ana también había perdido contacto con ella.Un día recordé que su hija mayor era dueña de una tienda de lencería femenina y, con la excusa de comprar alguna prenda sexy para mi esposa, decidí darme una vuelta, para ver si por casualidad la encontraba allí.Un sábado por la tarde Ana fue a visitar a su amiga Helena, otra perra infiel que había pasado por mi cama varias veces. Aproveché la ausencia de mi esposa para hacerme una escapada y tratar de encontrar a Miriam.Tuve suerte. Apenas entré al negocio, la encontré inclinada buscando algo en un estante bajo, mostrando toda la magnificencia de su perfecto culo…Miriam se enderezó y me vio parado allí. Se acercó sonriendo y me partió la boca con un beso tremendo, que comenzó a provocarme una erección…“Papi, viniste a comprar una tanguita o estás buscando algo especial?”Susurró mientras me miraba con una sonrisa maliciosa…Le mentí, diciendo que no tenía idea de poder encontrarla allí; pero, por otro lado, deslicé mi mano por su curvilíneo cuerpo y comencé a acariciarle la cola…Miriam ...
... sonrió, ronroneando como una gata, al sentir mis dedos palpando su firme trasero. Vestía unas calzas ajustadas que le marcaban perfectamente la redondez de sus firmes nalgas, además del triángulo de su pubis; donde podía distinguirse los pliegues de su vulva hinchada y palpitante.“Quiero llevarme algo especial de este lugar…” Le dije, mientras miraba a mi alrededor los estantes con prendas y finalmente mis ojos se posaban en su entrepierna, donde me pareció que ya había una mancha húmeda…Ella supo que yo estaba allí para cogérmela de cualquier manera posible…Miriam se acercó otra vez, pero para acariciar mi verga por encima de los pantalones. Cuando notó que ya la tenía durísima; se acercó a cerrar la puerta de entrada y me señaló una cortina que dividía la trastienda.“Allá vamos a estar más cómodos” Susurró, mientras pasaba a mi lado balanceando sus firmes caderas.Ya en la trastienda, Miriam comenzó a desnudarse lentamente, hasta quedar apenas vestida con una diminuta tanga negra que me provocaba mucho morbo y sandalias de taco alto.Yo no podía quitarle mis ojos de encima, sintiendo mi verga empalmada cada vez más dura, casi provocándome dolor.Miriam me miró sonriendo, haciendo una caída de ojos que terminó de endurecerme la verga al máximo. Se dirigió hacia un mueble y buscó algo en un cajón.Me mostró entonces un arnés, que llevaba adosada una verga de silicona.Volvió a mirarme, sonriendo con cierta mirada socarrona:“Papi, te voy a abrir ese lindo culito apretado y después ...