Mi cumpleaños
Fecha: 16/06/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Ramiro, Fuente: CuentoRelatos
... habían abandonado mis pies, pero al abrir los ojos -ni siquiera me di cuenta de que los había cerrado para saborear la leche de mi boca- vi que Iván se había retirado y que estaban los cuatro recibiendo los disparos de mi polla que había empezado a eyacular entre serenos espasmos tras el sabio trabajo de Nacho. Los cuatro se besaban intercambiándose de boca en boca mi semen, que me dejó al abandonar mi cuerpo la habitual sensación de paz y serenidad que siempre me había provocado y que a veces incluso me hacía dormirme inmediatamente (menos mal que por lo menos había en mí un sentimiento que me resultaba familiar). Al momento las chicas vinieron a tomar de mi boca el semen de Iván, y sin saber ni cómo, al correrme me había tragado casi todo, dejándome un suave sabor a semen en la boca que es lo más que pudieron hallar las chicas allí. Al ver que yo había tragado gran parte (el caso es que me había gustado), se enfadaron visiblemente... Me besaron hasta rascar mi lengua con los dientes, haciéndome estremecer por la sensación tan extraña y cuando no quedaba ni el recuerdo de lo que había albergado mi boca, Martina se dedicó a abofetearme, desde atrás mientras Vicky tomaba la posición que antes había ocupado Nacho, indicándome que ella iba a ser la encargada de castigarme por "ser malo y habérmelo comido todo sin dejar para ellas" Los dos chicos, entretanto, se trasladaron a mis piernas y se empezaron a frotar respectivamente el nabo cada uno con uno de mis pies, suave y ...
... lentamente. Vicky se abrió el chocho en mi cara, y supuse que mi castigo sería chuparlo. ¡Vale!, después de lo anterior, necesitaba un refuerzo de mi masculinidad y chupar todo un señor chumino me ayudaría -pensé- y me dediqué a besar lentamente los labios externos de su coño suave y perfumado, húmedo hasta gotear sobre mi pecho. Bendito castigo... En eso, las bofetadas de Martina se mantenían más suaves, casi en una caricia, marcando el ritmo que debía seguir con la lengua en los entresijos del coño de Vicky, que cada vez me estaba gustando más. De pronto, apenas cinco minutos desde que empecé a chuparla, noté que Vicky comenzaba con los espasmos propios de un orgasmo en toda regla, lo que aproveché para intensificar mis lametones de modo que la chica se estremecía, gritando chillonamente dentro de mí cabeza hasta que escuché un ¡AHORA! que me descolocó. En ese justo momento, en el culmen del orgasmo de Vicky, ésta y su compañera, detrás de mi cabeza, comenzaron a mearse en mi cara, con chorros calientes que me era imposible esquivar y que me ahogaban y casi me hacían daño por la fuerza con que se proyectaban contra mi cara, de modo que tuve que abrir incluso la boca para respirar, lo que aprovecharon para mearse dentro... ese sí que era el castigo. Inexplicablemente, después de aquello, con la cara meada y un sentimiento de humillación paralelo a la humedad avinagrada en mi garganta y fosas nasales, tenía la polla a punto de explotar y Martina, me indicó que ahora todo mi cuerpo ...