1. La relación con mi vecina


    Fecha: 03/11/2017, Categorías: Masturbación Hetero Autor: fran menon, Fuente: CuentoRelatos

    ... Aquella zorrita seguía y seguía, así que cerrando la puerta la hice pasar con mi dedo al salón. -¿Si?, ¿Delito de estar salido?... Ven al salón por favor... quiero que veas esto... De forma callada puse la cinta en la televisión... quedó muda, solo dije: -¿Quién espía a quién? Su expresión había cambiado, su gesto estaba lívido. De manera cómoda y resuelta había situado los pies sobre mi sofá. Mirándome con gesto duro casi en murmullo dijo mientras abría las piernas desde sus jeans: -Eres un zorro, fóllame. Me quedé pensando, mirando por la ventana, repliqué mientras señalaba el sitio aquel como quien señala un metro cuadrado. -No, chúpamela, ven tú aquí. Pareció no inmutarse, de un gesto visto y no visto que ni en la mejor paja podría haber imaginado mandó su camiseta al suelo dejando sus dos enormes y preciosas tetas ante mí. Hizo un escorzo con su espalda en el sofá abriendo su cremallera, bajo su pantalón y quedó de pie sobre el sofá... -Eres un mierda, me vas a comer el coño ahora mismo, tienes un pedazo de polla que no te la mereces. Óyeme bien estúpido, porque solo lo voy a repetir una vez. Vas a quitarte esa bata de marica que tienes y vas a venir aquí, bajaras mis bragas con tu puta lengua y me comerás la raja. ¿Comprendes? Tenía que reconocerlo, en la vida, en la realidad nunca había visto un par de peras como aquellas. No era el tamaño, era la forma, precisamente de eso, de peras, con unos pezones oscuros y erguidos que chillaban que de verdad aquella putita estaba ...
    ... salida y caliente. Nada más fácil que obedecerla, que hacerle caso, nada más evidente para llenarla de leche pero una voz dentro de mí me lo impedía, era como una especie de reacción química que llevaba a actuar de forma involuntaria, así que en contra de todo lo previsto e incluso mientras me gritaba a mí mismo lo loco que estaba y la oportunidad que estaba perdiendo comencé a calzar mis pantalones. -Creo que comer tantas pollas de descerebrados te ha contagiado, la tengo demasiado sensible para tu boca. Quédate si quieres, charlemos, pero vístete por favor. -¿Queee?... Maricón, hijo de puta, hijo de mala puerca... Mi vecinita se marchó tras ella dando el mayor portazo que recuerde mi puerta. Mientas se vestía me obsequió todo el amplio repertorio de su vocabulario, de su enfado, de la forma en que nunca le gustaba que la cortasen... Realmente estaba caliente aquella perra, así que seguí tocando y simulando que me masturbaba sobre la cama. Aquella perrita volvió a tocar la puerta, esta vez traía una mini falda con su enfado... -Vengo solo a decirte lo mierda que eres y que... Cerré la puerta... nos fundimos en un abrazo casi empujado de manera mágica por dos ángeles, dos entes extraños de la magia que nos empujaban el uno sobre el otro... Mi mano rápidamente levantó su falda y sacándome la polla del pantalón se la metí allí mismo, gimió de placer. Creo que en la vida me he podido nunca correr más rápido. Le pedí disculpas, esperaba otra reacción brusca, enfadada... -¿Te has ...