Viajando en el tiempo (4)
Fecha: 03/11/2017,
Categorías:
Grandes Series,
No Consentido
Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos
... sígueme. Cuando salieron a la calle, Eva se extrañó que estuviese anocheciendo, pero no dijo nada. Cuando pudo ver bien a su anfitriona, le extrañó que, siendo una belleza, no fuese ella a ver al jeque, y así se lo dijo. -Gracias, pero yo ya pasé por esto y ya no puedo volver. El jeque quiere mujeres de una sola vez. -¿Qué tengo que hacer? -Sé tú misma. Compórtate como si estuvieses con tu marido, o mejor con tu amante. No actúes como una puta y añade algo de recato (no mucho) a tus actos. -¿Cómo me entenderé con él? No hablo ningún idioma -Habla español perfectamente. Estudió un par de carreras en Madrid, por lo que habla español perfectamente y ahí adquirió la costumbre de follarse a españolas, a ser posible recién casadas o con poco uso. Bueno. También le gustan de otros países. Estuvo estudiando en muchos sitios, hasta que su padre le llamó a su lado cuando vio que le quedaba poca vida. Fueron en un coche lujoso y antiguo, cuya marca desconocía porque no sabía nada de coches, pero que parecía recién salido de la fábrica, hasta las puertas de un palacio que daban paso al interior de un recinto delimitado por altos muros. Bajó sola del vehículo y se acercó a las puertas, una de las cuales se abrió al acercarse. Un lacayo le hizo señas para que lo siguiese, llevándola a una estancia donde la dejó esperando. Un buen rato después, apareció de entre unas cortinas un árabe con una bonita chilaba, adornada con hilos de oro haciendo figuras. La tomó de la mano y dijo: -Soy ...
... Hamamad bin Talal al-Saul. Puedes llamarme Hammad. Y tú ¿cómo te llamas? -Eva –Contestó tímidamente. -Humm. Un nombre muy cristiano. ¿De dónde eres, Eva? -Es… Española. -¿Estás casada? Y siguieron una serie de preguntas sobre su vida, que pudo contestar a satisfacción del jeque. Sin soltar su mano, dio un suave tirón para hacerla andar a su lado, pasando a otra estancia donde había dispuesta una mesa baja repleta de manjares de todo tipo. La hizo sentarse en un cojín bajo y él se sentó sobre varios más altos. Con eso su cabeza quedaba muy por encima de la de ella. El jeque iba tomando las viandas con su mano, les daba un bocado y depositaba el resto a la boca de ella, que degustaba con placer. Pese a las connotaciones que pudiese tener, ella se sentía que la trataba como a una princesa. Como nadie la había tratado hasta entonces. Ni siquiera su marido en los mejores momentos No quiso comer mucho, no fuera a sentarle mal el exceso de comida, además de que hacía poco que había desayunado. Cuando el jeque dio por terminada la cena, se levantó y le tendió la mano para levantarse. La llevó a sus aposentos, donde había una enorme cama, si podía llamarse así. Era una enorme y grueso colchón, de unos 3x2 metros, lleno de cojines de complicados diseños. La habitación estaba decorada con diversos objetos y figuras en oro y plata con piedras preciosas incrustadas. -Es una habitación preciosa, Hammad, y denota gran riqueza y poder. -Gracias, me alegra que te guste… Eva se detuvo junto a la ...