Hola mi nombre no importa
Fecha: 01/06/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Tabú
Autor: chikistrikis, Fuente: xHamster
... trabajaba. Una tienda donde venden libros usados de todo tipo a un muy bajo precio y donde siempre mi madre, muy adicta a la lectura, había formado una pequeña colección, a los que ahora se sumaban estos.Me puse a leerlo y me llevé una tremenda sorpresa al ver que era de alto contenido erótico.En un rato ya llevaba varias páginas leídas y mi calentura iba en aumento, por lo que terminé leyéndolo sentado en el baño, masturbándome mientras lo hacía. A mi edad, con pocas amigas y sin internet ( en ese tiempo no había , o no al nivel de ahora), encontrar algo así era una oportunidad que no podía dejar pasar una buena paja, y ya luego de un rato, me descargue, tratando obviamente de no manchar el libro.Luego con cuidado, fui a dejarlo al mismo lugar donde lo encontré, pero mayor fue mi sorpresa al levantar el colchón, me encontré 5 libros más del mismo calibre y una especie de mango de goma de unos 25 cms , grueso, que de inmediato me di cuenta que era usado como una verga por mi madre para saciar sus deseos. Era increíble, no podía creer que mi madre leyera eso y más aun que se consolara con esa herramienta de goma. A mi edad y sin haber perdido mi virginidad aun, con las hormonas completamente revolucionadas, el morbo, la curiosidad y la calentura, me llevó a tomar este instrumento y llevármelo a la nariz. Lo olorosé, sabiendo que esa herramienta había estado en el interior de mi madre. Una calentura increíble me invadió por completo y terminé nuevamente masturbándome ...
... olorozándo , incluso saboreando ese trozo de goma, sabiendo perfectamente donde había estado, imaginándome el coño de mi madre y a ella masturbándose, lo que me hizo acabar nuevamente, a pesar de haberme descargado un poco antes.De ahí en adelante, mi relación con ella cambió rotundamente. Me fije mucho más en su cuerpo, y a pesar de no ser una mujer atractiva, para mi comenzó a ser una fuente de excitación a diario, alimentando mis más íntimos deseos. Mi madre era una mujer bastante normal, no muy alta, algo gordita, tetas grandes, culo gordo, tez morena , no muy preocupada de su pelo, siempre corto, o de su forma de vestir. Trabajaba en una panadería, no ganaba mucho, pocas amigas casi sin vida social.Al vivir solos en casa, para mí no era nada de extraño verla desnuda, millones de veces la había visto, tantas como ella a mí. Conocía perfectamente su cuerpo ya que ella no tenía ningún problema de desvestirse o ducharse delante de mí, dejar la puerta abierta del baño, etc. claro, para ella yo era aun su niño, sin embargo ya ahora mis ojos la miraban de otra manera, como la alternativa de perder mi virginidad y de paso ayudarla en su soledad. Sus tetas gordas o su peludo coño lo veía varias veces en la semana, cuando se cambiaba ropa o se ponía su pijama y luego de ese secreto, me preocupaba de verlos más seguido. Tampoco era raro que durmiéramos juntos, en especial en invierno, donde ella siendo tan friolenta, me pedía que durmiese con ella para darle calor.Esa misma noche, luego de ...