1. Mi media hermana (Última parte)


    Fecha: 01/06/2019, Categorías: Incesto Erotismo y Amor Autor: Spartacus, Fuente: CuentoRelatos

    ... de mí de espaldas y la penetro nuevamente con mi brazo subo sus rodillas pegadas a su cuerpo y la muevo de arriba abajo. Pasados unos pocos minutos, tocan la puerta, pongo sus pies en la alfombra y hago pararnos a caminar hasta la puerta sin sacárselo y sin dejar de moverme la reclino un poco con una mano halándole los cabellos dejando su carita cerca del cerrojo, alcanzo un billete, se lo doy en la mano y medio abro la puerta, ella se asoma a recibir la botella y cuando apenas empieza a hacerlo me muevo más duro para penetrarla y le halo los cabellos con más fuerza, apenas pudo agarrar la botella, la hielera, ponerlas en el piso y entregar la propina mientras nunca paró de gemir. Oí una voz femenina afuera decir gracias, siga disfrutando, cuando asomo mi cara a la rendija de la puerta veo a una chica joven quien me guiñe el ojo y se marcha. Con la maldad activada en mí, empujo de ella sacándole medio cuerpo de lado por la abertura de la puerta, apenas logró agarrarse del marco de la misma cuando me volví a menear salvajemente con mi pene dentro de ella mientras apretaba su cuerpo entre la puerta y el marco, medio cuerpo afuera gimiendo despacito aferrado con fuerzas a la madera que sostenía la entrada y medio cuerpo adentro con una pierna al aire y la otra apenas sosteniéndola mientras era embestida duro por su papi echó una acabada de litros en mis piernas, la terminé de empujar arrodillada afuera y saque mi pene por el entreabierto de la puerta, ella empezó a darle una ...
    ... mamada mientras vi que no había nadie en la caminería que daba a las demás cabañas todo a oscuras tenuemente alumbrado por unos postes de luz. Hale sus piernas hacia adentro y la puse de ladito acostada en el piso nuevamente su cuerpo a mitades dentro y fuera de la cabaña presionando su cuerpo entre la puerta y el marco de la entrada me arrodillé y la penetre, se oían sus gemiditos de siempre y su boca diciendo hermano que rico, hermano que rico! Y golpes a la madera del piso de la entrada, dándole hasta acabar en su trajecito, resaltaba mi semen blanco en aquel cuero negro. La dejé ahí tirada en la entrada recuperándose, cogí la botella, la hielera y me fui hasta la mesita donde estaba lo demás, abrí el vino y serví, en eso se levanta y viene hacía mí y me dice agarrando su copa con su mejor cara de perversa “Eres un maldito, que rico me coges desgraciado, me encantan todas las maldades que me haces, las voy a extrañar mucho” A partir de ahí se puso sentimental todo, se nos escaparon unas lagrimitas y nos juramos cada quien sería feliz por su lado, que a partir de que ella regresara terminaríamos con nuestro sentimiento que de ahí en adelante si seríamos realmente hermanos y nos querríamos como tal, nos despojamos de nuestros trajes e hicimos el amor una vez más, con mucho sentimiento de por medio, con caricias y besos como nunca antes porque sabíamos que era la última oportunidad que tendríamos de estar juntos… Terminamos de pasar el fin de semana paseando sin separarnos ni un ...
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