1. Despecho


    Fecha: 28/05/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... mañana el idiota de mi marido se despidió con su besito en la frente. ¡Puto idiota! Me las iba a pagar todas juntas. Fui al gym y vi a su hermano viéndome el culo mientras hacía sentadillas. Ese paquete que se me antojaba tanto. Pero no. Hoy no era a su hermano a quien quería comerme; quería mucha experiencia comprobada, quería a Antonio, además iba a comprobar el rumor más caliente de la oficina que era que Antonio podía complacer a una mujer varía veces y venirse varias veces igual. ¡Yo quería probar esa verga duradera! ¡Como-adoro-mi-suerte! Nos comisionan, a él ya mí, para ir por un paquete de información a la delegación norte de la ciudad. Antonio manejará lentamente para platicar y yo, pues, seré una dama atenta con él. Muy atenta. Vamos por el eje tres norte cuando recuerdo ese hotel que mi marido dice se llena de policías cogelones por el fin de semana. Entonces pensé: “¿Y por que no?” Estaba de paso y yo quería probarlo todo con este semental mexicano. Me cuenta que su trabajo en el restaurante le va bien, las propinas son muy generosas. Hago que saco de mi bolso mis llaves y se me caen cerca de sus pies. Estoy nerviosa, tiemblo no sé si por el deseo o porque si su reacción va a ser otra. Le digo que siga manejando, que yo las busco. Me agacho entre sus piernas, me sostengo una mano en el piso y otra sobre su pierna. Le pido tenga cuidado y no me pise. Dice que con calma, mientras mi mano “resbala” hasta su verga. Le pido que otra vez maneje con cuidado. ¡Que cosota ...
    ... tan grande vive aquí! ¡Y esta reviviendo con cada frotada que le doy! Me pide que no me apresure y que mejor se va a estacionar para no provocar un accidente. Me incorporo lentamente. Tiene su cara muy roja. Su respiración es cortada y siento su deseo por su mirada. Le agradezco sonriendo suavemente. Acerco mi boca a la suya, le agradezco otra vez por su apoyo durante este tiempo en la delegación – huelo su aliento, dulce, limpio, rico- que estoy pasando un momento difícil con mi marido y que ha sido un refugio para mi- mis lágrimas resbalan calladas sobre mi rostro-, lo abrazo. Me mira y lo miro. ¡Ahora es cuando! Me acerco lentamente y hace lo mismo. Me besa. Suavecito, luego otro beso con sus labios entreabiertos, siento su lengua. Abro mi boca, imito su beso. Nuestras lenguas estallan en electricidad y mi vulva se abre pidiendo su ración, tengo ese dolor rico. Escucho su respiración y siento sus manos sobre mis hombros luego abriendo mi blusa. Sus besos resbalan de mi boca a mi barbilla, mi cuello, mi pecho. Lo detengo. Me dice que me desea mucho, que le encanto, que mi cuerpo le fascina y que mis ojos son un pozo donde podría dejarse caer para siempre -cursi. No lo miro. Le respondo que yo también y que si quiere tenerme sólo tenía que manejar unos metros más. Paga la habitación y compra unos condones de sabor fresa. Lo tomo de la mano y corro hasta el cuarto piso en las escaleras, voy riendo como una loca. Se que me mira el culo. Al llegar al cuarto piso, lo detengo y ...